Dedícate momentos
Espera un momento tranquilo al final de día y siéntate de manera relajada. Puedes cerrar los ojos; apunta mentalmente o escribe todo aquello que hayas realizado hoy siguiendo tus instintos, tus pasiones, tus ideales y tus valores. Piensa cuál ha sido el resultado de esas acciones, si han salido bien o mal, si son positivas para tu futuro o el de los que te rodean y trabajan contigo. Apunta también todo aquello que no has hecho o no has dicho, y piensa el motivo por el que esas cosas han quedado sin resolver. Piensa cómo te gustaría solucionar esas cosas la próxima vez que tengas que enfrentarte a ellas. Medita sobre posibles alternativas a tus acciones del día, y piensa si habría sido mejor seguir otro camino que el que tú has decidido elegir.
Un factor muy importante en todo esto es apuntar tus sentimientos en cada una de las situaciones que has vivido hoy. ¿Cómo te has sentido en aquellas en las que has seguido tu intuición? ¿qué sentimiento ha hecho que no dieras un paso adelante en otras situaciones de tu día? ¿Cuál ha sido la mejor sensación del día? ¿Y la peor?
No olvides recrearte un poquito en aquellas cosas que hayas hecho de manera maravillosa. Siéntete la persona más orgullosa de sí misma por haber gestionado esa situación de una manera magistral. ¡Te lo mereces, adelante! Piensa en tu mejor jugada del día, siente orgullo de ser protagonista de la misma.
Todo esto no debería llevarte más de media hora, suficiente para meditar sobre muchas cosas importantes de tu presente, que influirán en tu futuro. Estos minutos harán que mañana tomes tus decisiones de forma más consciente, y que te decidas por fin a hacer aquello que llevas olvidando tanto tiempo. Haber pensado en las consecuencias de unos actos distintos, hará que seas mucho más consciente de tus decisiones. Parece mentira poder mejorar y aprender tanto sobre ti mismo/a en solo unos minutos, ¿verdad? Haz la prueba, verás como te sientes mejor con tu día, y consigues que esa sensación te acompañe al día siguiente, cuando tengas que tomar decisiones parecidas.
Para poder avanzar necesitas soltar lastre. Comienza por eliminar todo aquello que soportas día a día, todas esas molestias que toleras, pequeñas pero muy fastidiosas. Por ejemplo, tu mesa llena de papeles, una puerta que no cierra bien, un botón colgando en tu abrigo, el agujero en esos calcetines. Cualquier cosa que te moleste a diario, restando energía y vitalidad
Por tanto, manos a la obra, apunta todo aquello que te molesta por mínimo que te parezca. Cuando hice este ejercicio por primera vez, aparecieron muchas “tonterías” que me molestaban a diario, en las que no había reparado siquiera. Siempre pensaba “tengo que arreglarlo”, o “tengo que cambiarlo”, pero no lo hacía. No me daba cuenta de cuánto afectaba eso a mi humor
No desesperes si avanzas despacio,es poco probable que puedas tachar todo lo que hayas escrito en un solo día. De hecho si lo haces, significa que no has sido lo suficientemente concreto en tu lista; vuelve a darte una vuelta por tu vida para detectar más cosas o situaciones que te molestan. Poco a poco y siempre que puedas, intenta tachar un elemento de tu lista, verás que sienta muy bien.
Soltar lastre es una actitud
Conociéndonos más y mejor llega un momento que encontramos personas, situaciones y cosas que han dejado de tener sentido para nosotros a las que estamos amarrados, hemos de tomar la decisión de reconocer que ya no nos sirven porque difuminan nuestra visión y entorpecen nuestra visión. Llegados a este punto nos puede dar la sensación de que estamos en un momento “insostenible”, estamos hechos un lío y un destello de lucidez nos indica que ha llegado el momento de soltar el lastre.
No es una tarea fácil porque a pesar de la evidencias nos aferramos a lo que tenemos para que nada cambie, nos dispersamos en buscar justificaciones inútiles y en buscar culpables. De dar el paso y soltar o no soltar el lastre depende el avanzar o el quedar anclado en el suelo, ganar o perder la batalla contra nuestra falta de lucidez significa la vida o la muerte y no me refiero a nuestra desaparición física sino a estas pequeñas muertes que nos hacen más pequeños, más viles más alejados de nuestro objetivo.
Soltar lastre es una actitud, es un proceso y forma parte de la huella que dejamos porque sin movimiento no hay huella y con lastre no hay marca. Como toda actitud viene de nuestro interior y es un acto de libertad que implica el cambiar nuestros hábitos, nuestra manera de hacer.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)