Deja de preocuparte
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A veces parece que se comprende mucho mejor la idea de no espiritualidad, así como las consecuencias de llevar una vida desenfrenada, poco planificada, irreflexiva, poco centrada en lo importante, llena de superficialidades, que nos lleva a ir dejando pasar los años sin la oportunidad de centrarnos en lo que realmente somos y queremos ser.
Muchas personas se lamentan de vivir así, llevando unas vidas azarosas que producen un gran sentimiento de vacío y desasosiego. No ser capaces de encontrar la paz interior produce infelicidad e insatisfacción.
Sin embargo, trabajar por nuestro crecimiento personal, por ser mejores para nosotros mismos y para los demás, nos ayuda a encontrar bienestar y satisfacción, dirigiéndonos a la paz interior.
En este sentido, la espiritualidad también tiene una parte de propósito y búsqueda de significado personal. El propósito es una parte de la espiritualidad.
Cuando la ansiedad se instala en tu ser, uno de los signos más comunes es tener una mente hiperactiva con pensamientos repetitivos y constantes preocupaciones sobre hechos pasados o futuros.
Esta constante agitación e inquietud mental te mantiene en un círculo vicioso donde no puedes parar o desconectar en ningún momento.
Tener la mente en blanco o relajada se convierte en toda una odisea y el pensar claramente es prácticamente imposible.
Esta agitación también te lleva a experimentar un agotamiento mental bastante grande que puede llegar a afectar tu productividad y calidad de vida.
Escoge un lugar y una hora para preocuparte, (el mismo lugar y la misma hora todos los días), Dedica 30 minutos a pensar en las cosas que te preocupan y lo que puedes hacer, intenta no pensar en lo que “podría ocurrir”. Céntrate en lo que en realidad está sucediendo. Luego deja de preocuparte y sigue con tus actividades diarias.
Piensa en las dos últimas semanas y haz una lista.
Apunta las veces que has exagerado lo negativo. Las que has generalizado (usando palabras como todo/ todos, nunca, siempre, cada vez que…). Cuando tienes pensamientos de todo o nada.
Escribe o reflexiona si crees que las cosas están relacionadas contigo habitualmente aunque seguramente no tienen nada que ver.
Piensa en cada preocupación y escríbela. ¿De qué me preocupo, se puede hacer algo al respecto? Revisa indicaciones anteriores, y si la respuesta es NO, no importa cuánto te preocupes, nada va a cambiar. Intenta distraer la atención, si la respuesta es si, pasa al siguiente paso, escribe una lista de cosas que podrías hacer para resolver tus preocupaciones, si hay algo que podrías hacer de inmediato, hazlo. Si no hay nada, haz un plan de cuándo, dónde y cómo abordar el problema.
Cuando hayas hecho esto di en voz alta: “He hecho lo que podía hacer, ya está” y continúa con tu vida.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
Cuando alguien muere, no se va solo, se lleva parte de tu alma para confeccionar sus alas, de esta manera logra volar junto a ti.
Cuando alguien muere, no se va solo. Se lleva tu voz y escucha con atención, de esta manera logra guiarse en el camino.
Cuando alguien muere, no se va solo, se lleva los recuerdos, de esta manera se ríe durante el camino para no aburrirse.
Cuando alguien muere, no te deja solo, te deja parte de su alma, de esta manera sabrás que está bien.
Cuando alguien muere, no te deja solo, te deja su voz, de esta manera será tu conciencia.
Cuando alguien muere, no te deja solo, te deja los recuerdos, de esta manera reirás con él.
Cuando alguien muere, sucede algo mágico, un tanto inexplicable. No se quiere alejar.
Cuando se te nubla la vista, es quien pasa frente a ti; cuando te dan escalofríos, es quien te abraza; cuando tienes frío por la noche, es quien te cobija; cuando tropiezas, es quien te mete el pie para reírse un poco; cuando no te puedes peinar, es quien se burla de lo mal que te ves; cuando te ríes de la nada, es quien te cuenta un chiste y ni cuenta te diste.
Cuando alguien muere, no es para que te pongas triste, es difícil de entender pero es verdad: Él o ella está mejor allá, y quien mejor para guiarte, mientras llega el momento que te toca partir, pues espera con ansias ver tu cómico rostro y reírse a carcajadas contigo de nuevo.
Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar a corregirte. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.
Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tú siempre has de ganar.
El amor se debe demostrar, pero nunca jamás se debe mendigar. El hecho de tener que hacerlo es el más fiel reflejo de la injusticia emocional, del desequilibrio que vive el sentimiento que cimienta una relación.
Te merece aquel que dice menos pero hace más. No te merece quien solo te busca cuando te necesita sino quien está a tu lado cuando le necesitas y no solo cuando su interés se lo permite. Te merece quien sin esperar nada te lleva dentro, te siente y te hace sentir importante en su vida.
⠀El problema no es el cielo ni el infierno, porque allí se aprende. El problema es el limbo
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El cielo y el infierno no son espacios, son estados del alma. ⠀
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Cuando el alma existe en conflicto permanente con sí misma, se encuentra en el infierno. Si muere en ese estado, continúa con la misma sensación infernal. ⠀
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Cuando el alma se encuentra en paz, decimos que vive en un estado paradisíaco o celestial. ⠀
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Hay almas que sufren y al sufrir, aprenden. Hay almas que alcanzaron a comprender a través del aprendizaje de la existencia y así lograron la paz interior. La paz del alma significa alcanzar el Reino de Dios en la tierra.⠀
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Sin embargo, existen almas que se encuentran en el limbo. El limbo no existe como espacio, pero sí existe como estado del alma. ⠀
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El limbo es peor que el infierno. ⠀
Cuando un alma se encuentra así es que vive sin sentido. ⠀
Hay personas que se drogan y que desean vivir en el limbo. La realidad les resulta tan dolorosa que huyen del dolor, porque no lo comprenden como aprendizaje. Al ignorar el dolor y no comprender la realidad, huyen hacia el limbo, en un estado de flotación donde el alma no siente nada. ⠀
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Hay miles de estrategias para vivir en un estado de “limbo”, pero todas ellas tienen un denominador común: no aceptar la alegría ni el sufrimiento, no aceptar la realidad. ⠀
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La vida es crecimiento, entusiasmo, pasión, alegrías y dolores,
sufrimientos y desafíos, pero no es el limbo. ⠀
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El limbo es para los cobardes, para los que huyen. Y las almas deben ser valientes…⠀
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A los que habitan el estado del limbo os digo que es mejor sufrir y aprender, porque por lo menos se siente algo y no se vive en un estado de anestesia permanente.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
Nuestros cuerpos nos permiten caminar, ver el mundo, explorar y vivir una vida que amamos. ¡Piensa en todas las cosas maravillosas que nuestro cuerpo nos permite hacer a diario!
Es único: nadie en esta tierra tiene el mismo cuerpo que tú, ¡así que con esto eres literalmente único!
El tiempo es limitado: solo tienes una cantidad limitada de tiempo en esta tierra. Pasar todos los días odiándote a ti mismo y preocupándote por cómo te ves es una pérdida de tiempo. ¡Lee un libro, llama a un amigo, usa tu tiempo!
No hay un cuerpo perfecto: la idea que cada persona tiene sobre el “cuerpo perfecto” es diferente. ¡Para algunos, su cuerpo es el cuerpo perfecto!
Tu salud es más importante: un cuerpo sano y próspero es más importante que uno que se vea bien. Además, aceptar tu cuerpo es mejor para tu bienestar mental.
Para nadie es un secreto que cuando estamos bien por dentro, estamos bien por fuera. Pero vamos más allá: no se trata simplemente de vernos bien con un pantalón o con una camisa, se trata de saber, a ciencia cierta, que estamos haciendo todo lo que esté en nuestras manos para que no solo el físico sea el ideal, pues cuando eso está bien, la emoción también.
Puede que para muchas personas no sea un factor predominante en su vida, pero el físico sí marca una pauta para saber hacia dónde vamos, por ejemplo: Si acude a una cita de trabajo, sabe que debe lucir formal; si va a una reunión con sus amigos, tiene su ropa destinada para la rumba; si va a un funeral, evita los tonos oscuros… Cosas tan básicas, pero que hablan tanto de lo que somos y de cómo afrontamos las situaciones diarias. Y este es solo un ejemplo en temas de ropa, entonces vamos más adentro: a lo que está entre la tela de la ropa y nuestros órganos: el cuerpo, ese que los recubre y los protege de factores que pueden resultar dañinos.
No te distraigas buscando en el exterior algo que solo encontrarás en ti.
Cierto es que no es sencillo encontrar la felicidad en nosotros mismos; sin embargo, no es posible encontrarla en ningún otro lugar.
La mayoría de nosotros estamos programados para creer, con certeza absoluta, que después de conseguir unas circunstancias diferentes a las que tenemos, seremos más felices.
No importa que consigas todas las cosas materiales o inmateriales que crees que necesitas, que consigas todos los objetivos que te propongas.
Si no conectas con tu verdadero ser y comienzas a reconocerte y a vivir tu vida en coherencia con tus verdaderos valores y deseos, el resto no servirá de nada: seguirás experimentando un vacío interior y la carencia de algo que no encontrarás en ningún lugar fuera de ti.
Es la única vida que tenemos y de ti depende hacerla maravillosa, es asombroso las cosas que pasan cuando decidimos creer en nosotros de tal manera que el universo va a conspirar a nuestro favor. Cree en ti siempre, aunque el cielo se caiga.
Eres valioso y te mereces ser feliz y destapar esa alegría que llevas dentro. Saca a tu niño/a interior canta, baila, diviértete, deja los problemas de lado y vive.
Fomenta todo aquello que te dé alegría y hazlo más, sal con amigos, vete de viaje, ríete a carcajadas etc. huye de la queja y practica el agradecimiento.
La alegría de vivir despierta el optimismo, vemos la vida más positiva y con una energía que nos cubre de bendiciones.
Creo firmemente en que la alegría solo trae cosas buenas, para nosotros y para nuestro entorno. Un entorno donde prevalece la alegría se nota, trae consigo felicidad, salud y bienestar.
Estar alegres no significa la ausencia de problemas, sino a pesar de tenerlos yo tomo la decisión de ser feliz. De eso se trata de tomar la decisión, de elegir estar alegres a pesar de todo.
La llave que abre las puertas de la alegría es hacer en la medida de lo posible de tu vida lo que quieres de ella.
No te conformes con un trabajo que no te gusta trabaja para conseguir el trabajo de tus sueños. Lo sé a veces no es fácil, pero si no luchas por lo que quieres nadie lo va a hacer por ti.
Tu alegría depende de ti, así que mírate al espejo esboza una sonrisa y haz que tu vida valga oro.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
Es necesario entender que la vida es efímera, que “hoy” tenemos que darlo todo. Deja que salga a la luz todo ese caudal que llevas dentro.
Que la vida no te encierre en esas cuatro paredes, ni te cierre los labios y los ojos para callar y no mirar todo lo que está a tu alrededor.
Hay personas que sufren y nos necesitan.
Hay personas que sonríen y esperan verte sonreír.
Qué importa si por dentro tienes tristeza,vístete de luces y llena de color tus mejillas.
Sal a la calle y sonríe … No dejes para mañana tus proyectos y tus metas ni dejes para mañana esa sonrisa que enamora.
No dejes para mañana ese “te quiero” colgando de tus labios, porque quizás mañana ya sea tarde y no te puedan escuchar… Y aunque no pase nada drástico, como que en un futuro ya no estén a tu lado, mañana podrías quedarte con la duda de cuán diferente y mejor sería todo si no te hubieses guardado tus muestras de cariño y las hubieses sabido entregar a las personas que te importan.
Dedica tu tiempo y tu amor a las personas y especialmente a aquellas a quien quieres. Nos creemos que somos eternos y en verdad nuestros días están contados.
Disfruta de cada momento con tus seres queridos, dales tu tiempo, tu amor, tu alegría…
¡Vuelve a conectar con la vida! Y en el momento en el que des estás cosas, como te he dicho antes, descubrirás como la felicidad llegará a tu vida.
¿Con cuántas personas te relacionas en tu día a día? Piénsalo por un momento. Al final no son tantas: tu pareja, tus hijos, tus compañeros de trabajo, tus vecinos… ¿Qué puedes hacer por ellos? ¿Qué les gusta? ¿Qué les hace estar alegres? ¿Qué les puedes dar?
Hay muchas personas que se dan cuenta de que están vivas solo cuando mueren.
Cuando estaban vivas estaban tan ocupadas en tantas cosas que se olvidaron de la vida por completo.
Se acordaron de ella solo cuando supieron que únicamente les quedaban unas cuantas respiraciones. El corazón se está hundiendo, solo quedan unos cuantos latidos más, es en ese momento cuando comprenden:
Qué estúpido he sido. Toda la vida sencillamente ha pasado por mi lado.
Es casi como el pez que no sabe nada sobre el océano, porque nace en él. Era parte del océano, exactamente como una ola; no sabe nada del océano.
El pez solo llega a conocer el océano cuando el pescador lo saca de él y lo tira en la arena caliente de la playa.
Entonces sabe que ha perdido su auténtica casa a la que nunca había prestado atención.
Ahora está sediento, intentando por todos los medios posibles volver atrás y saltar al océano.
Fuera de él ha tomado consciencia de lo que ha perdido.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
La mente controla al cuerpo, existe una relación entre pensamiento y cuerpo, entre emoción y síntoma.
Cuando mantenemos un pensamiento negativo en la cabeza durante un minuto, el sistema inmunitario queda durante aproximadamente cinco horas en una situación delicada por lo que, si estos pensamientos o emociones negativas se mantienen en el tiempo, estaremos más predispuestos a contraer enfermedades por la debilidad del sistema inmunitario que nos protege.
Las emociones negativas destruye y las positivas lo contrario, tienen la capacidad de curar y hacernos felices.
Tenemos que aprender a vivir con nuestras emociones, buenas o malas y saberlas controlar, gestionar y comprender aunque no las exterioricemos, debemos saber que pueden indicar que algo no funciona bien y pensar que la enfermedad puede tener un origen emocional causado por algún tipo de sentimiento no manifestado como tal, que se proyecta en el plano físico.
Por eso, órganos como el corazón o el intestino se relacionan con la alegría que los estimula, en cambio, la agitación o el exceso de excitabilidad, el estrés o la ansiedad pueden causar taquicardias, insomnio y falta de concentración.
Las personas obsesivas y que se desbordan emocionalmente suelen tener un desequilibrio cardíaco y digestivo.
Si vivimos con resentimiento, rabia, agresividad, cólera, indignación, irritabilidad o ira, nuestro hígado y vesícula biliar sufrirán, las personas muy activas que se preocupan en exceso, que reaccionan con agresividad e ira de manera desproporcionada al estímulo sufrido, tendrán manifestaciones físicas relacionadas con problemas del hígado y la vesícula, que se pueden presentar en forma de malas digestiones de las grasas, dolor en costado derecho, color amarillo de la piel y manchas oscuras en cara e incluso problemas de visión.
El temor, la falta de autoestima y la timidez están asociados a los riñones, las glándulas suprarrenales y a la vejiga, el miedo o la angustia pueden dar dolor lumbar e infección urinaria, nuestra energía se ve reducida, con una disminución del metabolismo y alteraciones de los procesos de la digestión cuando sentimos estas emociones.
La Tristeza, la melancolía y la aflicción pueden afectar al pulmón, podemos sentir opresión en pecho, dificultad para respirar, resfriados frecuentes, asma y problemas circulatorios, incluso falta de apetito o pereza.
Lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, se nos convierte en insomnio, en nudos en la garganta, en tristeza, en dudas, en problemas gastrointestinales.
Lo que no decimos es nuestra asignatura pendiente, cuando pensamos una cosa y decimos otra, sentimos una cosa y hacemos otra, no estamos siendo coherentes con nosotros mismos, por miedo al rechazo, a la crítica, a que nos juzguen y por ello se producen los desequilibrios emocionales que nos llevan a enfermar, internamente generamos tensión, malestar y tristeza.
Es bueno hablar de lo que nos preocupa, es bueno reconocer que algo está pasando que no nos gusta, es positivo para nosotros decir lo que nos incomoda, lo que no nos parece bien y no estamos de acuerdo.
Es fundamental para nuestro estado mental, físico y emocional tener la libertad de expresar lo que pensamos y las tomas de decisión que queremos llevar a cabo; Decir las cosas claras, siempre con respeto, empatía y tranquilidad, es la manera más correcta de liberar la presión que supone guardarlo para nosotros, sí prefieres el silencio por miedo a la repercusión que puedan tener tus palabras, por miedo a que la otra persona no te comprenda y rechace o te juzgue, esto lo tomarás como costumbre y ten seguro que más pronto que tarde explotarás emocional y físicamente; así que piensa que si eres capaz de expresar tus pensamientos y emociones, lo que sientes y piensas abiertamente, aprenderás a confiar en ti y entenderás que tú también tienes derecho a opinar y no siempre a callar.
“Las emociones no expresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y más tarde volverán de peor manera.”
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
Existen muchos errores al conseguir la paz interior. He elegido cuatro de los más frecuentes:
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
Nuestra felicidad no depende de lo que tenemos o de lo que todavía no hemos podido conseguir. La felicidad depende básicamente de nuestra actitud y de la forma de asumir e interpretar la vida; no se experimenta afuera, sino adentro y cada uno de nosotros puede recuperar la motivación y el entusiasmo necesarios para construir su propia felicidad.
Cuando nos sentimos a gusto con nosotros mismos, disfrutamos cada cosa que hacemos, y aceptamos y resaltamos los elementos positivos que tiene el lugar donde estamos, experimentamos la felicidad, que no es otra cosa que ese sentimiento de plenitud y de alegría interior. Cuando abrigamos sueños y trabajamos por la realización de los mismos; cuando tenemos metas, aunque estas sean pequeñas y cumplimos con ellas, atesoramos la satisfacción silenciosa de haberlas alcanzado a pesar de tantos obstáculos superados.
Cerrar puertas es fundamental cuando nuestro presente no avanza. El estancamiento siempre se produce cuando nos aferramos a un pasado doloroso que nos atrapa. Si las puertas quedan abiertas, las heridas también lo harán, y por tanto no podremos avanzar.
Puedes superar los pensamientos negativos cerrando puertas. Tenemos que ser conscientes que lo que ocurriera en el pasado no tiene por qué determinar nuestro futuro. Del pasado solo se pueden sacar lecciones, pero no se puede vivir de él.
No podemos detenernos en nuestro camino, por muchas espinas que nos encontremos. Si nos caemos, tenemos que levantarnos todas las veces que haga falta. Vuelve a ser una persona positiva y plena, dejando atrás todo ese sufrimiento, y abre las puertas a nuevas experiencias. Cierra etapas para dar la bienvenida a todo lo nuevo y bueno que está por llegar.
Al hablar de cerrar puertas nos referimos a finalizar procesos o etapas de la vida, que empiezan, se desarrollan y finalizan. No podemos estar pendientes de algo que ha acabado, por ese debemos pasar página y continuar nuestro camino.
Si una etapa no se cierra, ello interfiere con nuestro avance personal, ya que nos atrapa y no dejar que evolucionemos. Para seguir el camino debemos desprendernos de aquello que ya no nos sirve, y supone una carga, como es el propio pasado.
Existe un miedo en nosotros que hace que nos resistamos a los cambios, pero no podemos siempre permanecer inmóviles. Debemos aprender a cerrar puertas para que podamos avanzar, y vivir nuevas experiencias.
Para poder cerrar las puertas de un modo sano debemos desprendernos de las emociones negativas, como puede ser el renco, la culpabilidad, o la ira. Ello se consigue diciendo adiós, bajo el respeto y el cariño.
Hay que dejar a un lado el daño sufrido. No significa que tengas que perdonar a quien te dañó, sino que cierres la puerta con la mayor paz interior posible. Y para ello lo mejor es dejar a un lado lo ocurrido y mirar al futuro sin esa carga tan pesada.
Tenemos que aprender a cerrar puertas, y concluir las etapas finalizadas de la mejor forma posible. Hay muchas cosas que vivir, y relaciones satisfactorias que tener. Tu futuro es tuyo, y vívelo como quieras, y con quien quieras.
La vida es cambio, y no podemos quedarnos inmóviles. Deja tu zona de confort donde nada pasa, y apuesta por los cambios que te permitan ser feliz. Los riesgos dan miedo, pero debemos tener la iniciativa de buscar nuestra propia felicidad.
Nunca te detengas. Te encontrarás miles de obstáculos en el camino, pero debes superarlos todos. Si te caes, tienes la obligación de levantarte, y volver a respirar. Cierra las estepas que ya pasaron, y abre las puertas a un futuro que solo te pertenece a ti. Sé feliz.
Cuando somos incapaces de centrarnos en el presente y disfrutar de nuestro ahora, es hora de cerrar etapas o ciclos. No podemos mantener todas las puertas abiertas para avanzar. Para que haya un nuevo comienzo se necesita un final. Y es por ello que debemos aprender a cerrar puertas.
Al cerrar puertas hay inevitablemente, nuevos comienzos. De ese modo aprende de nuevo a tener sueños y esperanzas. Céntrate en ellos, y haz todo aquello que te haga feliz y te permita evolucionar. Tienes el derecho a cuidarte y a mirar por ti.
El pasado a menudo nos retiene. Nos hace revivir todo ese dolor, haciéndonos creer, de ese modo minimizaremos ese sufrimiento. Pero no es real. Nada de lo que ha ocurrido se puede cambiar ya. Así que céntrate en todo lo nuevo que está por llegar. Tienes un futuro lleno de esperanza en tus manos.
Los problemas no se solucionan solos, ni las decisiones se toman solas. Tenemos que responsabilizarnos por nosotros mismos y nuestro futuro. Así que, si no eres feliz con algo o con alguien, debes tomar la decisión de cerrar esas puertas y abrir aquellas que nos llenan de plenitud. Al final son decisiones que tenemos que tomar.
Al final solo uno es capaz de superar sus propios problemas. Así que no dejes que nadie tome decisiones que repercutan en tu vida, y toma el control. Tu vida es tuya, y tú eliges el cómo y él con quien vivirla.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
Rumiar es lo que hacen las vacas; mastican la comida una y otra vez, sin que esta acción parezca tener fin. Las personas hacen lo mismo, pero con sus pensamientos: les dan cien mil vueltas cuando, realmente, solo tendrían que liberarlos.
Preocupaciones, suposiciones, experiencias negativas que regresan al presente… En vez de soltar todo esto, se atrapa en la mente. Así, los pensamientos giran sobre sí mismos sin detenerse, sin que exista un fin.
Pasear por la naturaleza o realizar una actividad relajante te ayudará a que todo lo que se ha instalado en tu mente comience a fluir. Es el momento de dejar ir.
Vivir en el aquí y el ahora no es difícil, es el ser humano el que hace que esto sea tan complicado. Las responsabilidades, el estrés y las preocupaciones evitan que se atienda a lo que de verdad importa.
Solo tienes una vida, una oportunidad de que esta no sea un camino inútil y carente de sentido. ¿Por qué permites que el tiempo pase como si no valiese nada?