Categoría: DE TODO UN POCO
NO TE ENOJES
Convivir con las emociones
¿QUÉ ES LA QUEJA?
Dos formas de ver la vida
Quejarse es un hábito que aprendemos muy rápido. Desde pequeños, cuando algo no nos gusta o no cumple con nuestras expectativas nos quejamos hasta tal punto que nuestros padres, hermanos, abuelos o amigos nos pueden llegar a llamar “quejicas”.
Nuestro cerebro está educado para detectar el peligro ante cualquier cosa. Es decir, estamos naturalmente programados para evaluar los riesgos y eso nos ha mantenido vivos como especie. Lo que ocurre es que por diversos factores, hoy en día nuestros cerebros llevan eso al extremo y vemos peligros donde no los hay.
“La queja nos debilita, mientras me quejo no estoy haciendo nada para cambiar la situación. Nos quejamos de los políticos, de la gente que opina por la tele lo contrario que nosotros, de la pareja, del tiempo, etc. Y el problema es que la queja no se queda ahí, la queja debilita” “es un desahogo momentáneo que, en realidad, nos quita poder, nos roba muchísima energía”.
En un primer momento, las quejas pueden tener un componente positivo porque facilitan que la persona exprese, algo que sirve de desahogo emocional y de alivio al expresar su molestia. Quejarse puede ayudar a la persona a ser consciente del asunto que le preocupa y elaborar un plan de cambio para solucionarlo. El problema está cuando la persona tiene ya arraigado el hábito de quejarse y no se ocupa de buscar soluciones sino que se acomoda en una posición de víctima constante, algo habitual en las personas que sufren depresión. No solo la depresión influye en que una persona se queje continuamente, también la ansiedad y el estrés aumentan el nivel de irritabilidad de la persona.
Consecuencias de la queja
– La queja solo sirve para hacernos sentir mal. Cuanto más nos quejamos, más centramos nuestra atención en los aspectos negativos que nos desagradan, obviando aquellos aspectos positivos. Amplificamos nuestro malestar y además, la queja tiene un ligero componente adictivo. Cuanto más nos quejamos, más necesitamos quejarnos una y otra vez sobre el mismo tema. Entramos en un bucle negativo que solo nos lleva a sentirnos peor.
– Instalarnos en la queja continua nos impide resolver problemas. Las personas que se quejan continuamente se quedan estancadas en la primera fase del proceso de solución de problemas y no avanzan. Son incapaces de ver otros puntos de vista, de evaluar diferentes alternativas para solucionarlo y de llevar a cabo un plan de acción.
– La queja continua nos aleja de los demás. Las personas que se quejan continuamente suelen recurrir a sus amigos, familiares y compañeros para desahogarse y volcar en ellos la negatividad de sus quejas. Inicialmente, la gente de su entorno les escucha, les apoya, les ayuda a buscar soluciones… Con el paso del tiempo nadie quiere estar escuchando quejas. Entonces, aunque al principio las personas que se quejan tienen mucho apoyo de los demás, a la larga son personas que se quedan solas. La queja también nos aleja de los demás porque cuando nos quejamos del comportamiento de otras personas nos enfadamos más y nosotros mismos evitamos estar con otros. Nos volvemos más intransigentes, menos tolerantes con los errores y nos cuesta más perdonar.
– Si nos quejamos continuamente, nuestros hijos lo aprenderán. Crecerán con una visión negativa del mundo que les rodea y eso les causará infelicidad.
¿Cómo salir de la queja?
“Coger papel y lápiz y escribir nuestra queja nos ayudará a verlo con perspectiva para, a continuación, esforzarnos por buscar las excepciones y escribirlas: ¿qué cosas sí me gustan de esta situación?, ¿qué aspectos positivos tiene? Ir anotando las cosas positivas nos ayudará a ser más objetivos y no entrar en el bucle de la queja. Si queremos desahogarnos con alguien, podemos buscar a una persona optimista que nos ayude a ver otros puntos de vista que nosotros no vemos. Pedirle a otra persona que nos ayude a buscar lo positivo pero tratar de no centralizar las conversaciones con los demás con nuestras quejas”
“Funciona algo tan sencillo como tener una pulsera y cambiarla de mano cada vez que nos demos cuenta de que nos hemos quejado. Ocurre que, cuando te das cuenta de que te has cambiado la pulsera muchas veces en una mañana, tomas conciencia de cómo estás viviendo tus días”. Otra manera de acabar con tus quejas pasa por ponernos una goma en la muñeca. El ejercicio consiste en que, cada vez que nos quejemos, tiramos de la goma y soltarla para que golpee nuestra muñeca.“De esta forma, no solo estamos llamando la atención del daño físico que nos hace quejarnos, sino que debemos reflexionar que el daño emocional que nos estamos haciendo es mucho mayor.
“Un buen ejercicio familiar es tener conversaciones con nuestra familia sobre las cosas que tenemos que agradecer en nuestro día a día y hablar sobre la suerte que tenemos”.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
LA ESPIRITUALIDAD
Energía del Tiempo
La espiritualidad humana es definida como la conciencia de una parte de nosotros que no se manifiesta materialmente y que está ligada a algo superior a todos los seres vivos
La Espiritualidad es un aspecto esencial del ser humano. Es una vida interior, algo que no es mente y cuerpo sino espíritu. Es algo más amplio que una religión, un proceso dinámico mediante el cual las personas encontramos trascendencia, un sentido final a la vida a nuestro ser interior.
La espiritualidad tiene muchos beneficios para aliviar el estrés y la salud mental en general. Te puede ayudar a:
- Sentir que tienes un propósito. Cultivar tu espiritualidad puede ayudarte a descubrir qué es más significativo en tu vida. Si tienes claro lo que es más importante, puedes enfocarte menos en las cosas sin importancia y eliminar el estrés.
- Conéctate con el mundo. Entre más sientas que tienes un propósito en el mundo, te podrás sentir menos solitario — incluso cuando estás solo. Esto puede hacer que tengas una valiosa paz interior en tiempos difíciles.
- Suelta el control. Cuando te sientes parte de un todo más grande, te puedes dar cuenta de que no eres responsable de todo lo que pasa en la vida. Puedes compartir la carga de los tiempos difíciles así como las alegrías de las bendiciones de la vida con los que te rodean.
- Amplía tu red de apoyo. Ya sea que encuentres la espiritualidad en la iglesia, una mezquita o sinagoga, en tu familia, o en las caminatas en la naturaleza con un amigo, este intercambio de expresión espiritual puede ayudarte a construir relaciones.
- Lleva una vida más saludable. Las personas que se consideran espirituales pueden ser mejores para lidiar con el estrés y pueden experimentar beneficios en la salud.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
VIDA Y ESPERANZA
Creer en el destino
Esperanza viene del latín “sperare”, que significa esperar. Tener esperanza es esperar soluciones. Entre las fortalezas humanas que nos permiten estar fuertes frente a la debilidad emocional, se encuentran el optimismo, las habilidades sociales, la honestidad, la ética, valores como la perseverancia, la capacidad de disfrutar y fluir y la esperanza.
Tener esperanza es creer que el destino puede cambiar. Es confiar en que se va a tener suerte. Es estar convencido de que hay soluciones. Es un sentimiento positivo relacionado con la espera. Tener esperanza impide que caigamos en el desánimo, en la depresión y que demos algo por perdido. Cuando la pierdes, dejas de involucrarte con tu objetivo, pierdes el interés y no inviertes el esfuerzo, el trabajo ni la creatividad que requiere la situación.
Esperanza es una de esas palabras que todos amamos en secreto, a pesar de no entender del todo su sentido. Nos gusta pensar que siempre habrá una puerta que se abrirá en el último momento y nos salvará del dolor o el infortunio.
La desesperación, una situación angustiosa para quien la padece, es simplemente falta de esperanza.
“El ser humano no vive más que por lo que espera”. La vida es a menudo una sucesión de esperas: las madres aguardan el nacimiento de sus hijos, los niños anhelan hacerse mayores, los jóvenes encontrar su lugar en la vida y las promesas del amor, las personas maduras ver crecer a sus hijos o a sus proyectos y los ancianos una vida tranquila, antesala de un más allá.
Hay dos posibles acercamientos a lo que la esperanza significa. Una es racional, se trata de un estado de ánimo en el que vemos como posible aquello que deseamos. Es decir, hacemos un cálculo de probabilidades y se nos presenta como verosímil aprobar el examen para el que nos hemos preparado con empeño, o que nos casaremos con la pareja que nos ama y comprende.
Pero en otras ocasiones la esperanza es una opción mágica. Así sucede cuando pensamos que acertaremos la quiniela que nos hará ricos o deseamos que algún milagro salve al familiar desahuciado por la medicina. En todo caso, se trata de un bien social, “Vive mejor el pobre dotado de esperanza que el rico sin ella”.
La esperanza tiene que ver con un acto de confianza o adhesión a la vida. Confiamos en que el sol amanecerá mañana, como hace cada día, sin que la posibilidad de que no sea así nos intranquilice. Y, cuando de niños nuestro padre nos subía de repente a sus hombros, no sentíamos miedo. Desde esa altura casi vertiginosa contemplábamos el mundo admirados y divertidos.
Nos gusta vivir esperanzados, porque así lo bueno que nos sucede adquiere mayor relevancia, lo degustamos con mayor fruición pensando que nunca se acabará, imaginamos que lo malo no durará siempre y pronto se tornará en algo agradable.
También tiene que ver con la capacidad de optimismo que tenemos. Aunque es cierto que, según el carácter, algunas personas están más abiertas que otras a la esperanza. Piensa el pesimista que el optimista exagera en su visión amable del mundo, y cree el optimista que el pesimista solo ve el lado sombrío de las cosas creyéndose bien informado.
Lo mejor es cultivar un optimismo moderado pero constante respecto al aprecio por el mundo y sus habitantes. O, si se prefiere, un ligero pesimismo esperanzado: las cosas no están en el fondo tan mal como parece.
HAZ QUE OCURRA …
Un padre de familia le pedía ayuda a Dios de la siguiente manera: “Señor, sabes que estamos necesitados y pasamos penurias. Por favor, haz que me toque la lotería”. Pero eso no sucedía, a pesar de lo cual el hombre no dejaba de implorar una y otra vez el ansiado premio. Hasta que un día, en medio de su plegaria, oyó una voz profunda que le dijo: “Por favor, compra algún número de lotería”.
Hay ocasiones en que se cumple misteriosamente alguno de nuestros deseos más íntimos, sin que entendamos por qué ha sido tan fácil. Mientras que otros deseos parece que no vayan a realizarse nunca. Según el pensamiento oriental, todo lo que sucede depende básicamente del karma consecuente a nuestras acciones precedentes. Se recoge lo que se planta. Decía Buda: “Si quieres saber cómo será tu vida futura, fíjate en cómo te comportas en esta, y si quieres saber cómo era tu vida anterior, ve sus consecuencias en lo que te sucede actualmente”.
La esperanza es de algún modo la intuición de que son muchas las buenas posibilidades que se abren ante nosotros a cada momento y que podemos actualizar en nuestras vidas si obramos con inteligencia, sensibilidad y buena voluntad.
Pero también llamamos esperanza a la secreta convicción de que si nos equivocamos en la elección o no trabajamos lo suficiente para lograr nuestro objetivo, no por ello se cierran todas las puertas. El futuro puede darnos otras oportunidades y lo que parece un fracaso es un aprendizaje necesario para lograr después algo valioso, sea de tipo material o intangible.
La esperanza es el mejor médico que conozco. Hace que agite el náufrago sus brazos en medio de las aguas, aun cuando no vea tierra por ningún lado… El hombre se descubre cuando se mide con el obstáculo.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
CON LOS PIES EN LA TIERRA
La cabeza en las nubes
Conexión a la tierra
Apegarse a la tierra
PASA TIEMPO CONTIGO
La importancia del amor propio
Uno de los grandes problemas que tenemos y que hacen que no sepamos estar solos se debe precisamente a nuestra falta de amor propio. Necesitamos que alguien nos confirme que valemos, que alguien apueste por nosotros, que alguien crea precisamente, en aquello que nosotros no creemos. Así, es nuestra falta de amor propio lo que nos hace saltar de una relación a otra, cuando lo que deberíamos hacer aprender a estar solo antes de dar otro paso hacia otra relación después de una ruptura dolorosa.
No queremos estar solos porque nos acompañamos bien. No nos queremos como deberíamos querernos y sabemos cuidar a los demás pero no a nosotros mismos. Por eso, es importante que cada uno cultive su amor propio para que aprenda a estar solo, valorar esos momentos y aprender a acompañarse a sí mismo. Porque en el momento que consiga esto, nunca más volverá a sentirse solo.
Consejos para tener paz contigo mismo:
PENSAMIENTOS TÓXICOS
Maneja tu mente
Entrar en una espiral de pensamientos negativos es muy fácil. Sobre todo, si tenemos varios pensamientos negativos acumulados en la mente.
Un pensamiento negativo puede convertirse en un contaminante de nuestras emociones, conductas y del resto de pensamientos. Estos pensamientos negativos nos quitan la energía y la fuerza. Cuanto más tiempo les dediquemos, se volverán más fuertes y serán más difíciles de detener.
Comparto contigo algunas herramientas muy útiles para combatir los pensamientos tóxicos:
1. Observa tus propios pensamientos:
El origen de nuestros pensamientos negativos a menudo se debe a distorsiones cognitivas o de pensamientos irracionales. Una buena técnica para controlarlos, es observarlos como si fueras un espectador. Por ejemplo, como si fueran un tronco que viaja río abajo.
No dejar que se apodere de nuestra mente es fundamental para que se disipe. Si visualizamos como el tronco baja, sin permitir que se queden en nuestra orilla, al final desaparecerá. Lo mismo pasará con el pensamiento negativo.
Debemos aprender a poner distancia entre los pensamientos y nosotros. De esta forma, nos daremos cuenta de que nosotros no somos el pensamiento.
2. Replantéate cualquier pensamiento que tengas:
Las reflexiones son patrones de pensamientos excesivos. Al pensar en exceso sobre un tema nos da la sensación de que vamos a encontrar una solución.
Pero, por lo general, no es así. Lo que debemos hacer en estos casos es quedarnos con la verdad de los pensamientos y deshacernos de la parte que hemos creado con nuestra mente. A menudo, al hacer este ejercicio nos daremos cuenta de que el problema no existe.
Observar el pensamiento sin juzgarlo o de forma objetiva nos ayudará a determinar el grado de importancia que tiene y lo real que es.
3. Actúa acorde a tus pensamientos y muévete:
Cuando nos sintamos atrapados por un pensamiento negativo, debemos movernos para evitar darle demasiadas vueltas y obsesionarnos con ese pensamiento. El movimiento, hacer ejercicio nos ayudará a no obsesionarnos con un pensamiento negativo y nos hará sentir mejor.
4. Evita los desencadenantes de pensamientos negativos:
Muchas veces son elementos, canciones, personas, lugares o momentos los que nos traen un pensamiento negativo a la memoria. Identificarlos y evitarlos es fundamental para que esto no ocurra. Siempre que podamos, debemos sustituirlos por desencadenantes de pensamiento positivos y sensaciones agradables. Esto nos hará la vida más fácil, no debemos martirizarnos.
5. Rodéate de gente alegre y de experiencias positivas:
Rodearnos de cosas positivas, nos ayuda a tener pensamientos positivos y alejar los pensamientos negativos. Es muy importante elegir bien lo que nos rodea para facilitarnos la sensación de salud y bienestar.
No te maltrates
Son muchas las dificultades que a menudo nos separan de nuestros objetivos, de nuestras metas, de nuestros propósitos, pero en la mayoría de los casos el principal obstáculo se encuentra en nuestra propia mente.
A nadie se le ocurre tomarse veneno cada mañana al despertar ¿verdad?, sin embargo no nos sorprende escuchar o decir frases del tipo me gustaría, pero no es el momento adecuado…No soy lo suficientemente bueno…No servirá para nada…Hay muchos mejores que yo…
Todas ellas son frases que forman parte de nuestras creencias limitadoras. Pensamientos tóxicos que contaminan nuestra mente y que acaban interfiriendo en nuestra actitud y en nuestras acciones. Es importante tomar consciencia de ellos e identificarlos cuando se producen, porque si no sabemos gestionarlos adecuadamente, pueden llegar a ser muy dañinos para nuestro bienestar y para nuestro entorno.
Esta es una muy frase muy conocida que evidencia una gran verdad: en muchas ocasiones el secreto del éxito no está tanto en lo que nos pasa, sino en la manera que tenemos de afrontar aquello que nos sucede.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
CUESTIÓN DE TIEMPO
Va a ser verdad
Pues tenían razón. ¿Quiénes? Todos. Los que te dijeron que con los años lo olvidarías, los que te dijeron que son etapas, los que te aconsejaron que esperaras. Va a ser verdad, y todo es cuestión de tiempo. Aquello que un día tanto me dolía hoy no significa nada . Qué miedo. ¿Algún día las personas que hoy son importantes para mí dejarán de serlo? Supongo que eso solo depende de mí, de cómo las cuide y de cómo me cuiden ellas.
No entendía por qué los mayores decían que el tiempo cada vez pasa más rápido, y ahora, cuando quiero darme cuenta es verano, y luego invierno, y luego verano otra vez. Cuando pienso en algo que sucederá en unos meses y me digo que aún falta mucho, un día de repente me despierto y ya no falta nada. Teníais razón, cuando creces el tiempo pasa más rápido. Ojalá pudiéramos pararlo. En los buenos momentos, al menos.
Pienso que el tiempo ya no pasa igual. Que me pongo a hablar de la universidad, de la última vez que vi a alguien, de la última vez que vi aquella película o leí aquel libro y, cuando me pongo a pensar, me doy cuenta de que fue hace años y yo hubiera jurado que había sido ayer. Que hay momentos y personas que recuerdo con detalle e intensidad y, sin embargo, si pienso en lo que hice ayer casi ni me acuerdo. La memoria, con el tiempo, se vuelve selectiva. Y menos mal.
Pero ahora, tras el paso de los años, sé que por mucho que pase el tiempo todo será, más o menos, igual. Sé que seguiré brindando por lo mismo, aunque sean otras personas las que sostengan la copa. Qué algunos se han ido y otros han llegado, y por el camino he compartido penas y alegrías, y aun así no cambiaría nada. Y ahora que ha pasado el tiempo, puedo asegurar que yo sigo siendo la misma. Que seguiré siendo fiel a los que han izado mi bandera. Que he luchado y he sufrido, que he alcanzado sueños y otros se han perdido entre mi lista de cosas pendientes, pero seguiré intentándolo cada día, siempre que me quede tiempo, para no arrepentirme de algo que no llegué a hacer.
Y por eso es tan importante valorar el paso del tiempo. Por eso debemos sentirnos inmensamente felices cuando cumplamos años, cuando nos salga la primera arruga, la primera cana. Y no digo que aprovechemos cada momento y que vivamos cada día como si fuera el último porque, sinceramente, yo lo he intentado y me ha sido imposible. Simplemente escribo este texto para decirte, a ti, que no te preocupes, que todo llega, que todo pasa, que vendrán muchas cosas buenas y, por desgracia, otro montón de cosas malas. Que no te sientas desdichado sin motivo, que no te obsesiones en disimular el paso del tiempo, porque eso significa que has vivido y que sigues ahí, de pie, para vivir mucho. Más. Mejor.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
EL AQUÍ Y AHORA
Desconéctate
Los seres humanos tenemos un gran desafío y es que en muchas oportunidades nos pasamos gran parte de nuestro tiempo pensando en situaciones negativas que nos ocurrieron cuando éramos niños o adolescentes o pensando en situaciones que pudieran ocurrir en el futuro generándonos ansiedad.
Muchas veces solemos vivir con nuestra mente «viajando», pero lo que realmente tenemos que vivir y disfrutar no lo hacemos por dejar que nuestros pensamientos se vayan al ayer o al mañana. Perdiéndose la oportunidad de estar en “el aquí y el ahora”
Si nos las pasamos pensando permanentemente en el pasado y el futuro, seguramente nos perdemos oportunidades que están ocurriendo por nuestra vida en el tiempo presente. Por ejemplo, dejamos de disfrutar nuestra familia, (mamá, papá, esposo, hijos, otros familiares y amigos) esos momentos de intercambio afectivo, de escucharnos o de simplemente compartir un paseo, una comida o momentos juntos.
Hay quienes desearían tener a ese familiar y amigo con vida en este momento y no lo tienen. Los que tenemos la dicha de tenerlos vivos ahora, no perdamos la oportunidad de compartir, expresarle lo mucho que los amamos y lo que significan para nosotros. No queremos lamentarnos luego de lo que no pudimos compartir teniendo la oportunidad.
Disfruta y vive intensamente la ilusión que provoca el amor, sea pasajero o permanente, no pienses demasiado, solo siente.
Construir la felicidad
Trata de disfrutar con todos los sentidos el momento que estás viviendo. Al hablar escucha atentamente, si mientras te hablan piensas en qué vas a responder, ya dejas de prestar atención, dejas de vivir el momento para viajar al futuro. Vive, experimenta, siente con toda la atención posible.
Si te concientizas, puedes darte cuenta cuando estés con tus pensamientos en el pasado, entonces podrás llamarte la atención y regresar al presente. El pasado no lo podemos modificar. Revivirlo constantemente no te permite vivir plenamente, te roba momentos que deben ser más importantes para ti, porque es lo único real, pues es lo que está sucediendo y lo que si puedes modificar.
Tener recuerdos del pasado es adecuado para aprender de las experiencias negativas y positivas, aprender a perdonar y reconocer cuánto hemos madurado. Tener pensamientos sobre el futuro también es adecuado para soñar, visualizar, proponernos metas y proyectos y evaluar cómo vamos en el logro de dichas metas. Lo inadecuado es perdernos de vivir el presente, por estar siempre en cualquiera de los dos extremos.
Es bueno planificar nuestra vida, ponernos metas y objetivos, sin embargo vivir viajando al futuro no es la mejor forma de lograrlo, para lograrlo debemos vivir el proceso, disfrutar cada paso que damos para lograr lo propuesto.
Siente la emoción presente
Si en el aquí y el ahora estás pasando por un momento difícil, doloroso, triste o de cualquier índole negativa, no lo evites, vívelo y siéntelo aunque te parezca difícil. Si bloqueas la emoción no terminas de vivir o procesar la situación, debes vivirla para que lo puedas asimilar y trascender, de lo contrario nunca terminarás de cerrar ciclos lo cual puede afectar tu bienestar emocional, generando secuelas como la depresión.
Concéntrate en las cosas positivas del hoy. El día de mañana tendrá sus propias angustias. ¿Amaneciste vivo hoy? ¿Te alimentaste? ¿Tuviste dónde dormir? ¿Esa persona que quieres está viva hoy? ¿Por qué torturarnos por el pasado que no podemos cambiar o angustiarnos por el mañana que no ha llegado?
Agradece
Agradece lo que tienes y no te frustres con lo que no tienes. Centrarnos en las cosas buenas que están ocurriendo en este momento en nuestra vida, nos genera tranquilidad y nos ayuda a disminuir los niveles de estrés en este mundo tan convulsionado.
No nos angustiemos por el mañana, porque mañana tendrá sus propias inquietudes. Estoy feliz de tener la oportunidad de compartir este tema con ustedes en el aquí y el ahora de mi vida. Un abrazo para todos y muy agradecida. Si a pesar aplicar estas recomendaciones, persiste la sensación de miedo o ansiedad por el futuro o rabia, frustración y/o depresión por tu pasado te invito a contactarme
Mientras el ser humano se sienta atraído exclusivamente por cosas tan efímeras como la belleza, el mundo estará lleno de insatisfechos.
- ( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
¿TE CONOCES?
Detrás de la máscara
Observa durante unos instantes tu reflejo ante el espejo…¿eres capaz de decir a quién ves?
Más allá de tu sexo, tu edad o el color de tu piel.. Más allá de la profesión que ocupes, de los roles que desempeñes, de tu estatus social y las muchas o pocas posesiones que tengas, ¿quién es en realidad esa persona a la que ves? Las personas somos como cebollas, para llegar al centro debemos despojarnos de las capas que nos envuelven.
La mayor parte de nuestro tiempo dirigimos nuestra mirada hacia el resto. Al cabo de los años podemos llegar a conocer muy bien a nuestra pareja, nuestros hijos, a amigos incluso a compañeros de trabajo…Pero ¿llegamos a conocernos con la misma profundidad a nosotros mismos? La respuesta acostumbra a ser no.
Llegar a conocerse a sí mismo significa saber cuáles son los valores, los deseos y las motivaciones reales que rigen nuestra vida, pero también ser conscientes de las creencias que nos condicionan y las debilidades que nos limitan, y explorar en esta dirección no siempre resulta ni fácil ni agradable. Entonces, ¿por qué es importante el autoconocimiento?
6 RAZONES PARA CONOCERSE A UNO MISMO
- Vas a vivir contigo el resto de tu vida. Muchas personas entrarán y saldrán de tu vida, pero lo que es seguro es que tú siempre estarás contigo, así que si vas a vivir contigo el resto de tu vida, ¿qué mejor motivo para conocerte?
- Tomar tus propias decisiones. Si no te conoces a ti mismo, es más fácil que otros decidan por ti y que acabes viviendo una vida que responda a las expectativas de los demás y no a las tuyas propias.
- Relativizar la opinión de los demás. Cuando no te conoces, la opinión de los demás sobre ti adquiere protagonismo porque a través de ella ocupas el vacío del desconocimiento. Si te conoces a ti mismo tu confianza se refuerza y lo que opinen los demás pierde peso.
- Aprovechar el tiempo. Si sabes quien eres te resultará más fácil saber lo que quieres y cuáles son las prioridades de tu vida y, por lo tanto, en que cosas debes invertir realmente tu tiempo y cuáles son esfuerzos innecesarios.
- Refuerza tu autoestima: No se puede amar aquello que no se conoce, por ese motivo las personas que no se conocen a sí mismas suelen tener problemas de autoestima y se valoran a sí mismas en función de la valoración que reciben de los demás.
- Mejora el bienestar. Conocerse a uno mismo es liberador porque nos ahorra el esfuerzo de ser alguien que no somos y nos permite romper con falsas ataduras.
MANERAS DE CONOCERSE MEJOR
Conocerse a uno mismo más que un destino es un viaje. Un viaje apasionante que dura toda la vida pues siempre tendremos cosas que descubrir y aspectos a mejorar. En este viaje es importante hacerse dos pregunta:
¿Quién soy?
- Identificar tus valores. Las personas somos el resultado de la genética, pero también de la educación que hemos recibido y de las experiencias que hemos vivido. Identificar cuáles son los valores que priorizas en tu vida te acercará a conocerte más.
- Observar cómo te comportas. Date cuenta de la manera en como te relacionas con los demás, en como reaccionas y cuál es la intención positiva que hay tras ello. Si por ejemplo siempre quieres ayudar a los demás quizás pienses que eres una buena persona. Seguramente es cierto, pero también puede ser porque necesites sentirte querido por los demás. Indagar en cuál es la intención positiva que hay detrás de nuestros comportamientos nos ayuda a conocernos mejor.
- Silencio. Si eres de los que enciendes la tele o la radio nada más llegar a casa, cambia de hábito. Conocerse a uno mismo requiere momentos de silencio y tranquilidad, lejos de estímulos externos como el móvil. Basta con regalarte 10 minutos al día para estar contigo a solas, ya sea paseando por el parque o tumbado en el sofá, lo importante es que no hagas nada que evite fluir tus pensamientos libremente y cuanto estos aparezcan, no te quedes atrapado en ninguno de ellos, simplemente observa que pensamientos vienen a ti, a que le estás dando importancia y que te dices a ti mismo cuando piensas en ello.
- A través de las personas que nos rodean también podemos conocernos más. No tanto por lo que ellas digan de nosotros sino más bien por el reflejo de nosotros que vemos en ellas. Por ejemplo, cuando algo me molesta de alguien, ¿de qué me doy cuenta, por qué me molesta, a qué le estoy dando importancia para que eso me moleste, quién quiero ser?
Conocerse a uno mismo no tiene sentido si no va acompañado de la voluntad de mejora. Resignarnos a ser como somos, aunque no nos guste, es mantenerse en la zona de confort y resignarse a no estar mejor, ni siquiera intentarlo.
Si identificamos en alguien esa cualidad o comportamiento que nos gustaría desarrollar en nosotros podemos modelar, es decir, prestar atención a qué y cómo hace esa persona para conseguir ese resultado que nos gusta. Por ejemplo. Si nos gustaría hablar como determinada persona, podemos fijarnos en el tono de voz utiliza, la gesticulación que acompaña a las palabras… no se trata de imitar a la persona, sino de aprender de los demás aquello que nos gustaría desarrollar en nosotros. - ( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
VIVIR DEPRISA
No puede controlarse todo
Nos cuesta aprender la lección
Nos cuesta aprender la lección de que tras la noche llega el alba y nos aferramos al miedo ante lo desconocido, a lo que el futuro pueda depararnos. Y esa inquietud impide justamente vivir y disfrutar el presente.
El miedo reside en la imaginación. Como cuando éramos niños y en la oscuridad de la habitación creíamos escuchar ruidos misteriosos o vislumbrar sombras fantasmales en la ventana.
No puede controlarse todo; lo pretendemos, porque así creemos eliminar lo azaroso de la vida, pero resulta imposible: es una lección que debemos aprender. Por eso vivimos en una casa que nos protege de las inclemencias del tiempo, sin estar pensando que algún huracán o terremoto la puede destruir.
Hay que prevenir posibles acontecimientos, pero al mismo tiempo vivir con cierta despreocupación. Solo hay que temer al miedo.
Cada noche, antes de adentrarnos en el sueño reparador, podemos rememorar los buenos momentos pasados durante la jornada, pedir que se nos perdone lo que quizá hicimos mal respecto a otras personas y desear que mañana sea un buen día para todos.
Es una manera de tener presente lo bueno de cada día, no dejarse llevar por lo negativo y extender los buenos deseos a los demás.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
¿TE SIENTES SOLO?
Soledad
Hay una epidemia que se extiende como la pólvora y que no se cura con pastillas. Hay un sentimiento que encoge el alma, que quita las ganas, que nos sume en la tristeza, y que no es fácil de combatir. Cada vez la veo más y en personas más jóvenes. No sé si son las redes sociales, por eso de que a veces damos más importancia a un like que un abrazo, o a hacer una foto bonita más que a disfrutar el momento. No sé si serán estas ciudades de cemento y dinero, que enfrían las relaciones y las complican, que nos tienen con prisas y sin tiempo. Que, a veces, nos hacen olvidar lo importante, nos cambian las prioridades.
Así que lo primero que quiero decirte a ti, si te sientes solo es que te comprendo y que no eres el único. Hemos sido o somos tantos los que nos sentimos así, que en esa soledad, por extraño que te parezca, no estás tan solo. Y, desde aquí, espero que sientas el apoyo de todas las personas que se están sintiendo identificadas leyendo estas letras, como tú. No va a hacer que te sientas genial, pero es un comienzo. Desde ahora, tu comienzo.
Para unos, la soledad se asocia con sentimientos de aislamiento, aburrimiento, tristeza, desilusión, dolor… Para otros, en cambio, la soledad se relaciona con tranquilidad, conexión con el entorno o con uno mismo, reflexión… Del mismo modo que el mismo alimento entusiasma a unos y desagrada a otros,
¿Cómo estar solo y sentirse bien?
Mejor estar solo que mal acompañado dice el refrán… La realidad es completamente al revés, muchas veces preferimos estar mal acompañados que estar solos. ¿Qué ocurre con esto de estar solo? Hay gente que le da miedo estar solo, en su casa, por ejemplo. A otros quizás les da miedo estar solos a nivel de pareja, tienen miedo a envejecer solos sin alguien a su lado que les acompañe durante el camino. Incluso hay personas que aún estando acompañadas se sienten solas. Una cosa es vivir la soledad cuando nos apetece, y la otra es encontrarse cara a cara con la soledad y no poder sostenerla.
Hay que diferenciar entre la soledad física y la emocional, ambas pueden ser incómodas pero son diferentes.
La soledad física, la mayoría de veces la huimos no queremos estar solos, ocupamos nuestra agenda y nuestra actividad diaria de muchas cosas para no tener que quedarnos sin compañía o para no sentir ese sentimiento de soledad. La soledad emocional se puede dar mientras estás en el centro de la ciudad rodeada de gente, es una vivencia interior. Cuando no tenemos más remedio que afrontar la soledad incómoda, nos podemos cuestionar si no es perder el tiempo, esto de estar solo. ¿Qué es lo que tanto incomoda de la soledad? Esta incomodidad puede ser señal del miedo a encontrarnos con nosotros mismos, miedo de escuchar la voz interior, miedo de enfrentarnos con la propia verdad. Preferimos seguir deslizándonos por la superficie de la existencia, no ir a fondo para no comprometernos, no sea que después no pudiéramos echar marcha atrás. No podemos escapar de nuestra soledad, porque va implícita con nosotros. Bueno sí, en cierta forma sí que podemos, y de hecho lo hacemos cuando ocupamos nuestro tiempo, ponemos la tele para sentirnos acompañados o escuchamos música para sentir que no estamos solos. El ruido, la interacción, las muchas imágenes nos dispersan y nos evitan pensar en aquello que realmente nos puede hacer sufrir.
La soledad que apetece
Hay momentos que nos apetece estar solos y no encontramos el momento ni lugar. Pero cuando lo conseguimos, es un instante de goce y disfrute, como si algo se pudiera calmar en nuestro interior. Si escogemos pasar un momento de soledad, está bien poder aprender de ella, vivirla con toda su plenitud, si la vivimos de esta manera, nos permite tomar distancia, pensar, observar y reflexionar sobre nosotros mismos y sobre nuestra vida. ¿Quién no ha buscado un lugar tranquilo para pasear, una playa desierta para poder reflexionar consigo mismo y relajarse? Si podemos gozar de la soledad, luego será mucho más fácil disfrutar también de la compañía. Podemos buscar momentos del día, íntimos, donde podamos hacer un paréntesis, momentos para nosotros mismos que nos permitan darnos cuenta de la vida que llevamos, de qué necesitamos, de qué cosas queremos y qué cosas estoy evitando o rechazando sin darme cuenta.
Recuerda que hay que aprender a estar solos de vez en cuando. A estar cómodos con nuestro silencio, a saber cuándo tenemos que dedicarnos tiempo y estar en soledad. Hay momentos que lo único que necesitamos es estar en nuestro mundo, así que vete a él de vez en cuando.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
CONTRA EL PESIMISMO
BOFETÓN DE ESPERANZA.
Guarda toda esa fuerza que tienes dentro para luchar contra las adversidades, no contra las personas. No malgastes tu optimismo con quien nunca estuvo preparado para recibirlo. Y es que seguramente se les olvidará advertirte de que no lo saben utilizar. Así que reserva un espacio en tu burbuja de alegría para quien sepa entrar en ella alimentándola de esperanzas, y no de frustraciones.
Quien te diga que algo en lo que crees es imposible, que te diga si alguna vez tuvo sueños, y pregúntale dónde perdió su fuerza de voluntad. Recuérdale que no existe un manual de la vida, que el libro de instrucciones lo escribe cada uno, y que seguramente nunca vaya a salir a la venta, porque con cada experiencia nuestro libro se va reeditando.
Pregúntale en qué momento decidió dejar de ser un niño, en qué momento se transformó en la falsa imagen de un viejo sabio que ni siquiera sabe dónde empiezan ni dónde terminan sus lecciones de moral. Pregúntale dónde perdió la personalidad y quién se la hizo perder, porque todos hemos tenido sueños, y quienes nos los niegan no hacen más que ponernos constantemente a prueba.
Demuéstrale que tu inteligencia vive de esos sueños, de los que te hacen avanzar hacia adelante y a lo que algún día te dijeron que no podrías hacer. Recuérdale que cuando sus teorías pesimistas se lavan la cara, solo dejan un puñado de miedo entre las manos. Amenázale con un bofetón de esperanza si vuelve a intentar que tu ilusión acabe en sus zapatos, pues no debes permitirle ni siquiera por un segundo, que te hagan dudar de ti mismo por culpa de sus propias inseguridades.
No des tantas oportunidades al que te falló en una segunda oportunidad. La primera vez será por su culpa, la segunda será por la tuya. No mantengas a tu lado a aquellas personas que te hagan daño. Si lo estás haciendo actualmente pregúntate… ¿Qué consejos te darías a ti mismo si no fueras tú mismo? Pues empieza a aplicártelos uno por uno. Quiérete como si fueras tu mejor amigo, porque de hecho, serás la única persona con la que tendrás que vivir toda tu vida. Y si alguien te acusa de ser un poco egoísta por pensar de este modo, acúsale tú de ser muy poco inteligente.
¿En qué momento habremos decidido alejarnos de nosotros mismos? ¿En qué momento nos habrán convencido de tener menos derechos de los que tenemos? ¿En qué momento nos habremos quedado ciegos? Existen muchos más motivos por los que sonreír cada día que por los que lamentarse. Y no, querido amigo, esto no son tan solo frases, son formas de pensar, y así es como uno empieza a cambiar el mundo, su mundo.
Siente pasión en cada cosa que hagas, sé sincero contigo mismo y con las personas que te hayan demostrado que merecen la mejor parte de ti. Y si quieres ir por buen camino, empieza a hacer substituciones. En lugar de frustración, esperanza. En lugar de tristeza, alegría. En lugar de lágrimas, sonrisas. En lugar de pesimismo, optimismo. En lugar de pasividad, iniciativa. En lugar de competitividad, superación de uno mismo. En lugar de retos, objetivos. En lugar de odio, indiferencia.
¿Y en el lugar del miedo? ¿Qué se te ocurre?
La felicidad está al alcance de todos y de todas las circunstancias. Tú eliges el papel que quieres en la película de tu vida, tú eliges si ser el protagonista y el principal responsable de tu felicidad o el actor secundario que depende del resto. Tú decides si eres una víctima o un héroe.
Por lo tanto, no tienes excusas compañero, solo depende de ti. Desde este momento te darás cuenta de que existen dos tipos de personas: las que se plantean el «SI…» condicional como posible reto (si hago esto, puede que me acerque más a mi objetivo. Por lo tanto, lo hago), y las que lo usan para esconderse constantemente entre sus límites y miedos (si lo hago, puedo fracasar).
Así que yo digo… En lugar de miedo, sueños.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
LAS BUENAS PERSONAS
Personas que brillan
Las personas buenas saben madrugar con el sol, saludan con amor cada amanecer; están alegres, activas y optimistas; hablan poco y con sencillez; no hablan mal de nadie; elogian, estimulan y sirven sin interés, tienen para los demás un buen deseo; no hablan de sí mismos, saben perdonar, no maldicen, no mienten, no engañan, no exageran, ni tergiversan.
Las personas buenas procuran ser pacientes y humildes; hacen algo por la felicidad de otros, conceden la razón y no disputan; reconocen sus errores y sus limitaciones; no se creen sabios ni poderosos, ni mejores que los demás; no humillan, ni acusan, ni subestiman, ni censuran la moral ajena.
Las personas buenas son sinceras, leales y agradecidos; no revelan secretos ni propios ni ajenos; no ridiculizan, ni maltratan; saben mirar y sonreír como los niños; no ponen acechanzas ni subyugan, no gritan ni amenazan; saben usar sus manos solo para aliviar, enseñar y bendecir.
Las personas buenas tienen la capacidad de compartir su vida con los demás. Son gente honesta, tanto en las palabras como en los hechos; son sinceros y compasivos, y siempre se aseguran de que el amor forme parte de todas las cosas que hacen.
Las personas buenas tienen la capacidad de brindarse a los demás y ayudarlos frente a los cambios que enfrentan en la vida.
No temen mostrarse vulnerables; creen en su singularidad y están orgullosos de ser lo que son. Las personas buenas se permiten el placer de acercarse a los demás y preocuparse por su felicidad.
Nunca esperan nada a cambio ni ven en sus actos obligación alguna. En ocasiones, hay quien dice de ellos o ellas que son algo ingenuos, que dan demasiado de sí mismos y que cualquier día, les pagarán con una decepción.
Las buenas personas en realidad saben mucho de decepciones, pero las asumen. El propio esfuerzo, y la voluntad por hacer las cosas lo mejor que pueden es su mejor recompensa: es un modo de estar bien con ellas mismas.
La bondad no sabe de pancartas ni se vende. La bondad es discreta, tímida y va vestida de humildad y sencillez, por ello, las buenas personas saben más de actos que de palabras
Las buenas personas son almas llenas de coraje y valentía. Han cuidado de los suyos en los buenos y los malos momentos, han renunciado a muchas cosas por el bien de los demás, y nada, absolutamente nada de ello le pesa o le provoca arrepentimiento o frustración.
El amor marca la diferencia en la vida.
Son personas que brillan sin saberlo, y que siempre deseas tener a tu lado. No saben de incongruencias, su carácter siempre es igual, no hablan el lenguaje del doble sentido ni del egoísmo, y además, saben leerte tus penas sin necesidad de que las traduzcas en palabras.
Si a día de hoy tienes junto a ti a una persona de estas características en forma de amigo/a, de pareja o de familiar, reten su esencia, consérvalo, cuídalo y protégelo entre tus manos como esas mágicas luciérnagas que nos ofrecen esperanzas en noches de oscuridad.
Las personas buenas no dicen todo lo que saben; aprecian a los demás y cuanto hacen, no son avaros ni envidiosos; actúan con serenidad y con decoro; se adaptan a todo y a todos, no hacen chismes, saben callar y no se meten nunca en vidas ajenas; aman a su cónyuge y son fieles; en la prosperidad no se envanecen, y la desgracia no los abate, porque saben hacer la voluntad del Padre.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
NUESTRO VIAJE JUNTOS ES MUY CORTO
No es necesario discutir
Una joven se sentó en un autobús. En la siguiente parada, una anciana fuerte y gruñona vino y se sentó junto a ella. Se apretó en el asiento y la golpeó con sus numerosas bolsas.
La persona sentada al otro lado de la joven se molestó, le preguntó por qué no habló y dijo algo.
La joven respondió con una sonrisa: “No es necesario ser grosero o discutir sobre algo tan insignificante, el viaje juntos es muy corto. Bajaré en la próxima parada.”
Esta respuesta merece ser escrita en letras de oro: “No es necesario discutir sobre algo tan insignificante, nuestro viaje juntos es muy corto”
Si cada uno de nosotros comprendiera que nuestro tiempo aquí es tan corto; Que oscurecerlo con peleas, argumentos inútiles, no perdonar a los demás, el descontento y una actitud de averiguación sería una pérdida de tiempo y energía.
¿Alguien traicionó, intimidó, engañó o humilló? Tranquilízate, perdona, el viaje es muy corto.
Cualesquiera que sean los problemas que alguien nos traiga, recordemos que nuestro viaje juntos es corto.
Nadie sabe la duración de este viaje. Nadie sabe cuándo llegará su parada. Nuestro viaje juntos es muy corto.
Vamos a apreciar a amigos y familiares. Seamos respetuosos, amables y perdonémonos el uno al otro. Seamos llenos de gratitud y alegría.
Si alguna vez te he lastimado, te pido perdón. Si alguna vez me has herido, ya tienes mi perdón. Después de todo, nuestro viaje juntos es muy corto.
La vida es corta, muévete
Si lo vemos desde la perspectiva del universo, nuestra vida es apenas un suspiro.
Si lo piensas bien, el saber que tu vida es apenas un suspiro es un motivo grande para hacer con ella algo que merezca la pena. Algo que le dé sentido y que te haga sentirte bien contigo mismo.
¿Acaso tienes algo que perder?
La verdad si, y es algo muy valioso, se llama tiempo, lo demás sale sobrando.
El tiempo es algo que no puedes detener, no lo puedes amasar como una fortuna, no lo puedes comprar (pero sí vender). Se puede acelerar y ralentizar, pero, hasta ahora los humanos no tenemos esa capacidad.
Para el universo el tiempo puede parecer infinito, incluso me atrevo a decir que el tiempo no existe. Pero para nosotros como seres vivos si existe. Lo tienes ahora, se va, y no vuelve.
El día de ayer no regresará, ni tampoco aquel día maravilloso que tienes en tus memorias, ni aquel día donde te sentiste pésimo. Ese tiempo ya pasó. Solo te queda el tiempo actual, valóralo como un tesoro… Uno de tus mayores tesoros.
Valorar cada día, cada hora y cada instante, te permitirá dejar de desperdiciar el tiempo que tienes haciendo cosas que no te gustan y dejar de gastar tus horas con personas que no le aportan nada bueno a tu vida ni te ayudan a ser mejor.
Al fin y al cabo el tiempo pasa…
Porque por más grandes que creas que son tus problemas, no tienes que cortarte las venas, ni arrojarte por un puente. Porque esos existen en tu mente, desde tu perspectiva y en tu momento actual. Todo es parte de este juego que comenzaste al nacer y que tarde o temprano tendrá fin. No tienes que apresurarte y tirar la toalla antes, si aún no es tu momento.
Si dejases correr un poco el tiempo podrías ver cómo las cosas cambian, nada permanece. Y lo que hoy pareciera una buena razón para lanzarte por un precipicio, mañana puede ser muy distinto.
El tiempo es un flujo de energía que no se detiene, y cambia la realidad. Tú eres parte de esa energía y también cambiarás junto con tu entorno.
En este punto es cuando debes decidir tomar control y caminar hacia dónde quieres ir sin dejarte llevar por la corriente, porque el cambio jamás se detiene.
Tú tienes capacidad de nadar hacia corrientes deseadas, solo debes moverte. Considera que aún si te quedas quieto, serás arrastrado a cualquier lugar, por cualquier marea. Todo cambia, nada permanece.
(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
EL VALOR DE LAS TORMENTAS
¡Y Dios se lo concedió!
Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios
le permitiera mandar sobre la naturaleza para que según él
le rindieran mejor sus cosechas.
¡Y Dios se lo concedió!
Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera,
así sucedía; cuando pedía sol, este brillaba en su esplendor;
si necesitaba más agua, llovía más regularmente…
Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso.
Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas que creyó convenientes
Pero Dios le contestó:
Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía.
Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan…
Así nos pasa: queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, nada de problemas.
El optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que no se asusta ante ellas, no se echa para atrás.
Por eso podemos afirmar que las dificultades son ventajas, las dificultades maduran a las personas, las hacen crecer.
Por eso hace falta una verdadera tormenta en la vida de una persona, para hacerla comprender cuánto se ha preocupado por tonterías, por chubascos pasajeros.
Lo importante no es huir de las tormentas, sino tener fe y confianza en que pronto pasarán y nos dejarán algo bueno en nuestra vida
Érase una vez…
Érase una vez una hija que vivía con su padre, y siempre se estaba quejando sobre las dificultades y adversidades que se le presentaban. Estaba cansada de luchar, no sabía cómo salir adelante y quería tirar la toalla.
Un buen día, su padre, que era cocinero, decidió llevarla a su trabajo. Llenó tres ollas de agua y en una añadió una zanahoria, en otra añadió huevos, y en la tercera granos de café. Las puso a hervir sin mediar palabra, ante la mirada atónita de su hija que se preguntaba qué estaba haciendo.
Transcurrido un tiempo, apagó el fuego y sacó los ingredientes. Le preguntó a su hija qué veía, a lo que ella respondió obviamente “una zanahoria, huevos y café”. El padre le pidió que los tocara. Entonces la niña cogió las zanahorias y se dio cuenta de que estaban blandas, mientras que el huevo, al romper su cáscara lo notó duro. Finalmente tomó los granos de café que mantenían su forma y textura y los olió disfrutando de aquel aroma intenso.
Su padre le explicó que los tres ingredientes habían sido sometidos a la misma prueba, el agua en ebullición, y sin embargo cada uno de ellos había reaccionado de forma distinta: la zanahoria que en un principio era dura se había vuelto flácida, débil, mientras que el huevo, cuyo aspecto inicial era delicado se había endurecido. Los granos no habían variado, sino que su fortaleza había hecho cambiar el estado del agua dejándola con más sabor. Finalmente, el padre pidió a su hija que reflexionara con cuál de los tres elementos se sentía identificada frente a un problema.
MORALEJA:
Ante las dificultades de la vida debes convertirte en ese grano de café que reacciona de forma positiva, que no huye de los problemas ni se deja vencer, sino que gracias a su fortaleza, valentía y coraje consigue que las cosas mejoren.
(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
EL MILAGRO DE LA VIDA
La felicidad es una conquista
Vamos a sufrir, vamos a tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas desilusiones pero todo es pasajero, y no deja marcas.
El amor es raro, no lo dejes ir.
La ira es mala, deshazte de ella.
El miedo es detestable, enfréntalo.
Los recuerdos son dulces, aprécialos.
TENERLO TODO Y DEPRIMIRSE
Mira a tu alrededor
Todos nos sentimos melancólicos o tristes, pero estos sentimientos son pasajeros y se superan en poco tiempo pero cuando una persona tiene un trastorno depresivo, este interfiere con la vida diaria y afecta a su vida diaria.
La depresión es una enfermedad común pero grave, y la mayor parte de quienes la padecen necesita tratamiento para mejorar. En el peor de los casos, la depresión puede prolongarse durante años e, incluso, afectar de forma irreversible a la persona que la padece.
La depresión se caracteriza por un estado de ánimo bajo y sentimientos de tristeza, asociados a alteraciones del comportamiento, del grado de actividad y del pensamiento. Puede causar ansiedad, insomnio, pérdida de apetito y falta de interés o placer por realizar diferentes actividades, así como afectar a las actividades laborales, escolares y familiares.
Si te sientes triste…
Si te sientes triste y vacío la mayor parte del día, cada día; si eres incapaz de disfrutar y te sientes insatisfecho; si has perdido o ganado peso; si duermes menos o más de lo habitual; si tienes agitación si te sientes cansado, fatigado y estás perdiendo la energía; si tienes sentimientos de culpa o de inutilidad inapropiados y no justificados; si te cuesta pensar, concentrarte o tomar decisiones y si tienes pensamientos recurrentes de muerte o suicidio; es muy posible que estés deprimido.
La gente cree que una persona deprimida se pasa todo el día llorando, pero lo que no saben es que la mayor parte de personas deprimidas pasan desapercibidas. En algunos casos se les tachan de personas conformistas, en otras ocasiones les dicen que deberían ser más luchadores, que tendrían que esforzarse más, que se han dejado o que deberían dejar de llorar tanto y tendrían que ser más fuertes.
Lo que la gente no sabe…
Lo que la gente no sabe es que no es lo mismo estar triste que estar deprimido, lo que tampoco se entiende es que una persona deprimida no elige deprimirse, no desea estar mal, ni tan solo disfruta con la compasión de las personas que le rodean. Una persona deprimida piensa menos y peor, es incapaz de tomar decisiones, sufre delirios acerca de sus capacidades, de su autoestima y de su futuro y además ha de luchar contra su enfermedad
Una persona deprimida pierde la capacidad de motivarse, por lo que tarda mucho tiempo en llegar a consulta, si es que llega. En este tiempo la vida en familia se ha visto afectada, la pareja ha llegado al límite de su paciencia, el rendimiento laboral dista mucho de lo que sería deseable, su aspecto físico se ha visto afectado y su salud está muy perjudicada.
Con este panorama, lo más fácil es darse cuenta de que la vida no tiene sentido. Sin la comprensión de las personas que le rodean, con una visión oscura del futuro y con la sensación de que es imposible darle la vuelta a la situación actual, quedan pocos caminos que recorrer.
Mira a tu alrededor
No conozco a nadie que quiera dejar de vivir. No conozco a nadie que no desee sentir el dulce calor de la primavera, o el sonido del mar, o el abrazo de un niño… Pero si no puedes disfrutar de los pequeños placeres de la vida, si hagas lo que hagas eres incapaz de experimentar una emoción positiva o si una terrible e infame depresión ha tomado el control de tu vida, entonces, dejas de vivir, dejas de tener ganas de levantarte cada mañana y te planteas si quieres seguir así lo que te queda de vida.
Mira a tu alrededor, conoces a más personas deprimidas de las que te imaginas. Puedes verlas en tu barrio, en la televisión, por la calle, en el supermercado o en el trabajo. Quizás puedas ayudarles a que no pasen tantos años antes de consultar con un especialista, a no complicarles su dura existencia o a que no se sientan marcados por un dedo acusador.
Y sobre todo no los juzgues como débiles, luchar por levantarte cada mañana requiere de una fuerza de voluntad que la mayoría de personas normales no tenemos.
(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
BENDITA MADRE
Cuestión de amor
El amor de una madre es ese tipo de amor que se siente desde lo más profundo de las entrañas, que se forma desde que el bebé comienza a formarse en el interior y se tiene una conexión entre los dos corazones que nada ni nadie podrá romper jamás.
La naturaleza sabe lo que hace desde el momento en que una mujer se queda embarazada y después, desde el momento en que la mujer sostiene a su bebé por primera vez. Aparece el instinto de protección desde que la mujer sabe que el resultado de su embarazo es positivo. Comienza a cuidar su salud de forma extraordinaria únicamente para que la salud de su bebé se fortalezca… Porque el ser que está creciendo dentro de su interior es para ella, su mayor tesoro.
Quisiera otra vez…
Ella siempre espera
RECUERDA SER FELIZ
Jamás desistas
Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo.
Solo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia.
Hay muchos que te aprecian, admiran y te quieren.
Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino tener alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones, y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista para quien sabe viajar para adentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse actor de la propia historia.
Es atravesar desiertos fuera de si, más ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.
Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos.
Es saber hablar de si mismo.
Es tener coraje para oír un “no”.
Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta.
Es besar a los hijos, mimar a los padres, tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple, que vive dentro de cada uno de nosotros.
Es tener madurez para decir ‘me equivoqué’.
Es tener la osadía para decir ‘perdóname’.
Es tener sensibilidad para expresar ‘te necesito’.
Es tener capacidad de decir ‘te amo’.
Usar las pérdidas para refinar la paciencia.
Usar las fallas para esculpir la serenidad.
Usar el dolor para lapidar el placer.
Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.
Jamás desistas de las personas que amas.
Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo maravilloso.
Que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz…
Que en tus primaveras seas amante de la alegría.
Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría.
Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.
Pues así serás más apasionado por la vida.
Y descubrirás que ser feliz no es tener una vida perfecta.
Sino usar las lágrimas para regar la tolerancia.
(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
¿POR QUÉ GRITAMOS?
El tono de voz
Así anunciamos nuestra llegada al mundo: con un grito. Después, gritamos muchas veces en la vida. Lo hacemos cuando algo nos sorprende o nos asusta. También cuando la felicidad nos desborda o cuando la desesperación no cabe en el pecho. Y, por supuesto, aprendemos a gritar para imponernos, para agredir a otros, para intimidarlos.
Al revés el silencio llama a la relajación, el grito es una expresión destinada a poner en alerta. A veces sobre algo positivo, pero casi siempre sobre un hecho poco agradable. Un grito expresa descontrol, desbordamiento de las emociones. Levantar la voz es un recurso al que casi siempre quienes están más interesados en “hacerse oír” que en escuchar al otro.
Gritamos al comienzo de nuestra vida porque es la única forma de plantarnos en el mundo como alguien que existe y que necesita de los demás. Queremos que los otros detengan algún sufrimiento que estamos experimentando. Sentimos frío y queremos ser cobijados. O sentimos hambre y necesitamos que nos alimenten. El grito es, ante todo, una expresión de la necesidad que tenemos de que otros reconozcan nuestras carencias y las atiendan.
Si pudiera decirse, bastaría con organizar una frase y comunicarla. Pero en este caso, la persona no puede establecer del todo la naturaleza ni el alcance de su necesidad. Por eso grita, para dejar en claro que hay algo más allá de las simples palabras.
Se grita porque no se encuentra, o no se quiere encontrar, otra manera de expresar lo que se siente o lo que se desea. En circunstancias felices, el grito es liberador. Permite dar rienda suelta a un sentimiento, sin una razón diferente a la satisfacción de expresarlo. Ahí gritamos para hacer catarsis, para quitarle el tapón a una presión, sin agredir a otros. El ejemplo típico de ello es el gol, ese momento único en donde hay un grito de júbilo casi siempre compartido.
En cualquier caso, el grito en lugar de aclarar la comunicación, lo que consigue es romperla. Quien grita hace notar el tono de su voz, mucho más que el mensaje que quiere transmitir. Lo que comunica, más bien, es que alguien está a punto de perder el control por completo y que el otro debe medir sus acciones antes de continuar. En este caso, el grito cumple una función de anular al otro. Nace del miedo y de la carencia, pero su efecto es llenar ese vacío por la vía de la imposición.
(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
EL SABER NO OCUPA LUGAR
He aprendido…
Que conoces a mil personas pero una te marca
Que mil aciertos se borran y un fallo deja mancha
Que lo que más daño te hace es lo que más te engancha
Que nunca estarás bien si te lo guardas todo adentro
Que hasta de lo malo puede sacarse algo bueno
Que hay personas que se odian porque un día se quisieron
Que me lo hacía yo solo o no lo iba hacer nadie
Que si me pasa algo jodido, sufro y me lo callo
Que basta que confíe en alguien para que me falle
Que prometer no vale, que todavía duele
Que me sigo rayando cuando estoy solo
Que engañarse no sirve de nada, nunca se olvida del todo
A no rendirme, a ser consecuente
A que si algo no sale quizás sea por el destino
A perder, pero no a darme por vencido
A que hasta el más fuerte llora.
Que estos ojos han visto demasiado
Demasiada rabia y odio acumulado, te dejan tocado
No he nacido fuerte me ha hecho fuerte lo que me ha pasado
Aprendes cuando pierdes lo que apuestas
Que te acaricie cuando llores
Que lo siento todo más bajo la lluvia con el frío
Que mi corazón es mío
Que los que callamos el dolor somos los únicos que lo vivimos
Cuando has vivido tanto se te olvida el miedo
A valorar las cosas cuando ya no estaban
Nuestros familiares, el amor, las ganas
Las cosas más bonitas de esta vida son las que se acaban
A valorar las cosas cuando ya no estaban
Nuestros familiares, el amor, las ganas
Las cosas más bonitas de esta vida son las que se acaban.
TODO DEPENDE DE TI
¿Que es la sabiduría?
“¿Qué es la sabiduría? El arte de vivir, no el arte de hacer cosas; el arte de vivir… ¿Para qué estamos vivos? Estamos vivos para vivir”.
El arte de vivir. No el arte de hacer cosas, el arte de vivir… Se puede vivir sin hacer muchas cosas, y se puede hacer muchas cosas sin saber vivir. La mayoría de la gente que ahora uno ve por la calle sabe hacer muchas cosas, se mueve todo el día, está agitada todo el día, y no sabe vivir.
Hoy, en gran parte, el hombre de una ciudad civilizada y urbanizada es un servidor del sistema y de las máquinas, porque cuando tiene que ocuparse del coche, de la lavadora, de lo otro y de lo de más allá, se pasa el día alimentando cosas y sosteniendo cosas, cuando sencillamente podría vivir mejor. Porque lo que no está claro son los fines. ¿Cuáles son los fines de la vida?, ¿para qué vivimos?, ¿para qué estamos vivos?
Estamos vivos para vivir para realizarnos, para dar de cada uno de nosotros todo lo que puede dar, porque así tendrá todo lo que pueda recibir. Pero para que esto empiece hace falta libertad. Y para tener libertad, no libertad de expresión, lo que hay que tener es libertad de pensamiento, porque si usted no tiene libertad de pensamiento, da igual que hable o diga lo que quiera.
Nuestra vida es un arte
Debemos intentar conseguir ver aquello que poseemos, con la misma mirada como lo estaríamos mirando si alguien nos lo quitara; sea lo que sea, posesiones materiales, trabajo, salud, amigos, familia, pareja y/o hijos, la mayoría de las veces solo sentimos su valor después de haberlos perdido o deseándolos, pero jamás ya que se tienen.
Al mirar todo aquello que no tenemos solemos pensar “¿cómo sería si eso fuese mío?”, y de este modo llegamos a sentir la falta. En lugar de ello, ante las cosas que poseemos deberíamos pensar a menudo “¿cómo sería si perdiera esto?”.
Muchas veces pasa algo que se sale de tus planes y parece como si todo se nublara. Debemos pensar, arreglar, disfrutar, sufrir cada cosa en su momento, espacio y en su medida, sin preocuparnos de todo lo demás; tener, por así decirlo, cajones para nuestros pensamientos y emociones donde abrimos uno y cerramos todos los demás. La preocupación por un asunto grande no alterará en todo momento la preocupación por cien asuntos pequeños.
Tú eres dueño de tu cuerpo, de tu cerebro y de los pensamientos que generas a través de él. Si tú decides pensar positivo así será. El humor, por ejemplo es un tiempo de pensamiento y actitud que ayuda a que las circunstancias desfavorables se lleven mejor. Las situaciones no producen nuestra felicidad o nuestra amargura, más bien es nuestra manera de asumirlas lo que genera nuestro estado de ánimo. Para bien y para mal es mucho menos importante lo que le sucede a uno en la vida que la manera en que lo experimentamos. Para la felicidad de nuestra existencia, el estado y la condición de la conciencia es absolutamente lo principal.
(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
BENDICIONES
Cada día…
Cada momento que pasa, debemos estar contentos con lo que tenemos, pues es lo que Dios nos ha dado, nuestros alcances, valores y metas, además de los sueños y esperanzas que ponemos en ello. Es a partir de los sueños, que forjamos todo nuestro mundo de realidad, dependiendo de nuestras fuerzas y de nuestros pies en la tierra, es que podemos obtener, lo que deseamos con todo el corazón.
La vida es dura pero muy bella
Abre los ojos mira las estrellas
Sueña cada día y cumple tus metas
Y no lo cura una inyección
Ni una pociones de la vida
Dentro de tu corazón
Porque la magia vive muy dentro de ti
La vida es bella
Para ti y para mi
(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
NADA ES CASUALIDAD
Las casualidades no existen
El azar no decide sobre qué o quién llega a tu vida, en qué momento o de qué modo. Ni la suerte. Ni ningún tipo de bendición, excusa o capricho al que te quieras aferrar. Que no hay ningún destino escrito ni varitas mágicas para ocasiones especiales que te saquen de un aprieto o te den aquello que más quieres.
Que hay quienes llegan y entran por la puerta grande. O por la trasera. Con fuegos artificiales. O apenas de puntillas. Que, quienes han de llegar, llegan. Que no hubieran podido llegar de ninguna otra manera. Ni en ningún otro momento. Que hay cosas que no se pueden jamás anticipar o prever.
Durante muchos años he pensado que las cosas me pasaban por casualidad. Que me encontraba a la gente, que me surgía un trabajo, que conocía a alguien…
Todo pasa por algo y ESE ALGO te hace crecer. Gracias a ESE ALGO que llamamos casualidad somos quienes somos.
Podríamos hablar de causalidad, porque cuando algo pasa el universo está moviendo sus hilos para que eso suceda. Y tiene sus motivos, unos motivos que nosotros desconocemos y lo vemos como casualidad, cuando en realidad es que tenía que ser así. Suceden porque algo hemos hecho para que ocurran, todo tiene una causa.
A nuestro alrededor pasan muchas cosas de las que no nos damos cuenta porque nuestro foco quizá no esté ahí o porque aún no estamos preparados para verlas. Cuando estamos preparados el maestro aparece y pensamos que eso es casualidad.
Aprovecha lo que te ofrece la vida, porque si te lo está ofreciendo será por algo.
En ocasiones, llega lo que más falta te hace. Lo que más puede ayudarte. Lo que puede sacarte del pozo, de casa, de un mar repleto de dudas. Cuando sientes que no sabes por dónde salir, hacia dónde mirar o por dónde empezar. Cuando toca mover ficha, cambiarte de zapatos o decidir entre dos salidas.
Si alguien te busca
HABÍA UN TIEMPO…
Tenemos todo, menos tiempo
“No tengo tiempo para nada” o “No me alcanza el día para todo lo que tengo que hacer” son frases que emitimos y escuchamos continuamente. Estar ocupados nos hace sentir extrañamente orgullosos, como si el mundo no pudiera seguir girando si salimos un poco más temprano de la oficina. Qué idea retorcida de éxito debemos tener que lo confundimos con no poder parar dos segundos para hacer algo que realmente queremos con alguien que amamos. No hay nada de noble u honorable en presumir cómo nuestros trabajos y múltiples ocupaciones nos esclavizan. Sin embargo, lo hacemos. ¿Por qué?
Tiempo perdido
El primer error en el que caemos es creer que estar sobrecargados de trabajo es lo mismo que ser importantes esto es absolutamente falso. Las personas realmente importantes son las que han aprendido ser importantes primero para sí mismas.
El más grave es el de no respetar nuestras prioridades, por ejemplo, ¿quién es más importante para ti? ¿tu mejor amigo o un compañero de trabajo que acabas de conocer? Seguro respondiste que tu mejor amigo, pero, a uno le contestas los mensajes de inmediato y al otro llevas meses sin verlo. ¿De verdad eres congruente con tus prioridades?
Dejemos de alegrarnos de que nuestro tiempo esté ocupado y comencemos a ocupar el tiempo en alegrarnos.
Para la organización de las tareas descubrí lo maravillosas que son las rutinas, mi primera rutina es escribir, porque a veces lo que no se escribe se olvida, si hago la lista mental puede que la mañana siguiente me levante con la mitad de la lista de pendientes en el olvido.
Tengo una rutina para la mañana y otra para la noche, mantengo presente que grandes mañanas es igual a grandes días y si uno esos grandes días terminaré con una vida realmente grandiosa. Tener una rutina matutina es importante porque marca el tono para todo el día.
Entonces, hablemos de algunas maneras simples en que puedes hacer que tus mañanas sean increíbles. Simplemente programando algunas tareas rápidas y fáciles cada mañana, puede mejorar tu perspectiva, productividad y felicidad en general. Programa un tiempo cada mañana para hacer algunas cosas pequeñas que mejorarán tu día y te traerán alegría, incluye algunas cosas a las que siempre has querido dedicar más tiempo en tu vida, pero en realidad nunca le has encontrado el momento, eso si recuerda que tu rutina también debe ser realista.
Sabiendo seguro que nuestra mente nos llamará al orden por ese tiempo precioso que estamos perdiendo. Aunque, si lo midiéramos con exactitud, nos daríamos cuenta de dos cosas. La primera es que el tiempo perdido es insignificante. La segunda es que disminuir el estrés nos hace ganar en sensación de tiempo aprovechado
Yo me apunto a cambiar mi experiencia del tiempo desde el que parece ser su verdadero origen: mi mente.
(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)
TU ALMA GEMELA
Cuestión de piel
La mitología celta cuenta que al principio de la vida había una sola alma, la cual fue dividiéndose en muchas otras para llenar el mundo. Cada alma emprende su camino, va absorbiendo conocimientos y crece en sabiduría.
Sin embargo, aquellas que nacieron juntas y son almas gemelas en el amor siempre desean reencontrarse en su paso por la Tierra. Según los celtas, solo las almas que aprenden lo suficiente consiguen estar de nuevo juntas.
Pero, ¿qué es un alma gemela? Un alma gemela es la que complementa a una persona en una etapa determinada de su crecimiento personal y evolución espiritual.
Las almas gemelas sienten lo mismo porque existe una profunda afinidad y compatibilidad entre ellas, lo que conlleva que la comunicación sea muy enriquecedora y que el amor fluya, a pesar de los problemas existentes.
Es posible encontrar más de un alma gemela a lo largo de la vida. Dependiendo del nivel de evolución en el que la persona se encuentre, un alma gemela puede serlo durante una etapa y dejar de serlo más adelante.
Encontrar tu alma gemela no será posible sin encontrarte previamente a ti mismo. Para ello es preciso realizar un profundo análisis interior que permita definir con claridad estas tres cuestiones fundamentales: saber quién eres, qué deseas y qué te identifica.
No hay que obsesionarse en cómo encontrar a tu alma gemela. Al contrario, el primer paso es liberarse del estrés cotidiano, apreciar cada momento y descubrirse a uno mismo. Aquellos que aprenden a disfrutar del camino y se aman de forma plena descubren quiénes son y lo que merecen, además de mostrarse más receptivos con todo lo que les rodea. De esta forma reconocerán las señales del destino en el amor.
Es importante ser emocionalmente maduro a la hora de encontrar un alma gemela. No se trata de buscar a un ideal imposible ni a alguien para combatir la soledad, que llene el vacío que dejó otra persona y con quien curar las heridas del ayer. Hay que apostar por un amor maduro y responsable.
Cada individuo tiene que confiar en sus habilidades y en su propia valía, en aquello que lo hace especial entre todos los demás. El positivismo aporta equilibrio y felicidad a la vida y, por otro lado, eso puede atraer más rápidamente a tu alma gemela.
Tu amor verdadero te inspirará a ser una mejor persona, pero tu alma gemela te romperá el corazón para que te conviertas en alguien mejor. Cuando encuentres con quien pasar el resto de tu vida aprenderás que esa persona es quien impide que la realidad te sofoque; en cambio, tu alma gemela es quien en algún momento sentirás que te ahoga y por ello –en algún punto– te verás en la necesidad de escapar de ella.
Es verdad que tu alma gemela te hará vibrar como nunca antes lo has sentido; no obstante, muchas cosas en la vida podrían provocarte tal emoción. El amor es único, no se intenta, no se busca ni se demanda; se siente, encuentra y recibe sin prejuicios ni pretextos. Así que cuando encuentres a tu “otra mitad” no dejarás de sentirte arropado, conmovido y hasta agobiado por un montón de sentimientos, pero cuando te topes con el amor de tu vida desearás una sola cosa: pasar el resto de tus días a su lado.
VIVIR MEJOR
Atraer la alegría
La sensación de paz, el encuentro tranquilo con la vida, es un buen ingrediente para empezar a construir proyectos que salgan bien. Ahora, ¿cómo lograrlo?
La primera clave para vivir más tranquilo es aprender a discriminar lo que es realmente importante de lo que no lo es. En principio, lo fundamental es que identifiques las pequeñas cosas que te molestan y las coloques en el lugar en el que en realidad están: fuera. Hay tonterías molestas que quitan energía y ocuparte de ellas no vale la pena.
La rigidez no es una buena consejera. En cambio, ampliar tu visión y estar abierto a todo, en particular a los cambios, es algo que te va a ayudar significativamente a vivir más tranquilo.
Buena parte de las preocupaciones provienen de todo aquello que no ha ocurrido y quizás nunca ocurra. Pensar en el peor escenario y dibujarlo como más probable en tu cabeza va a desgastarte inútilmente.
Busca todos los medios para simplificar cualquier aspecto de la vida, si quieres vivir más tranquilo. Obsequia lo que no uses, deshazte de aquello que no sea necesario, busca métodos para hacer más en menos tiempo. En suma: vuelve a lo simple.
Si tienes una gran preocupación o hay muchas cosas bailando en tu cabeza, una buena opción es destinar un par de horas en el día para ocuparte de ello. La condición es que fuera de ese lapso también quede fuera de tu mente. Si no te obsesionas, vas a ver las cosas con mayor claridad y todo fluirá de una manera más natural.
A veces pensamos demasiado y actuamos poco. Si bien razonar es muy necesario en algunos momentos, también es importante dejarte ser.
Diez consejos
NO TODO ES AMOR
¿Qué es el amor?
El amor se expresa mediante una serie de emociones y sensaciones que llenan el alma de paz, alegría y pasión. Puede ser sinónimo de aprecio, cariño, calidez, resguardo, preocupación y respeto. Incluso, se dice que la persona que ama se siente plena y llena de vida.
El amor es una necesidad afectiva de compañía y satisfacción sexual que está determinada por diversas variables. En primera instancia, el ser humano es un ser social, es decir, necesita de la interacción constante con otros.
El amor es el resultado de la intimidad, la pasión y el compromiso. Estos tres aspectos forman un fuerte vínculo entre dos personas que se expresan aceptación, confianza, deseo, admiración y fidelidad.