Dios creó a la mujer
Sin las mujeres no existiría San Valentín, no habría día de la madre, no se celebrarían cumpleaños, no habría día del padre y muchos menos día del amor
Para cuando Dios hizo a la mujer, ya estaba en su sexto día de trabajo de horas extras. Un ángel apareció y le dijo: ¿Por qué pones tanto tiempo en esta?
Y El Señor contestó: ¿Has visto mi Hoja de Especificaciones para ella?
Debe ser completamente lavable, pero no ser de plástico, tener más de 200 piezas movibles, todas cambiables y ser capaz de funcionar con una dieta de cualquier cosa y sobras, tener un regazo que pueda acomodar cuatro niños al mismo tiempo, tener un beso que pueda curar desde una rodilla raspada hasta un corazón roto y lo hará todo con solamente dos manos.
El ángel se maravilló de los requisitos. ¡Solamente dos manos….Imposible! ¿Y este es solamente el modelo estándar? Es demasiado trabajo para un día…Espera hasta mañana para terminarla.
No lo haré, protestó el Señor. Estoy tan cerca de terminar esta creación que es favorita de Mi propio corazón.
Ella ya se cura sola cuando está enferma Y puede trabajar días de 18 horas.” El ángel se acercó más y tocó a la mujer.
“Pero la has hecho tan suave, Señor “Es suave”, dijo Dios, pero la he hecho también fuerte. No tienes idea de lo que puede aguantar o lograr.¿Será capaz de pensar? preguntó el ángel.
Dios contestó: “No solamente será capaz de pensar sino que razonar y de negociar”
El ángel entonces notó algo y alargando la mano tocó la mejilla de la mujer….
“Señor, parece que este modelo tiene una fuga…
Te dije que estabas tratando de poner Demasiadas cosas en ella”
“Eso no es ninguna fuga… Es una lágrima” lo corrigió El Señor.
“Para qué es la lágrima,” preguntó el ángel.
Y Dios dijo: “Las lágrimas son su manera de expresar su dicha, su pena, su desengaño, su amor, su soledad, su sufrimiento, y su orgullo.”
Esto impresionó mucho al ángel “Eres un genio, Señor, pensaste en todo. La mujer es verdaderamente maravillosa”
¡Lo es!
La mujer tiene fuerzas que maravillan a los hombres.
Aguantan dificultades, llevan grandes cargas, pero tienen felicidad, amor y dicha.
Sonríen cuando quieren gritar.
Cantan cuando quieren llorar.
Lloran cuando están felices y ríen cuando están nerviosas.
Luchan por lo que creen.
Se enfrentan a la injusticia.
No aceptan “no” por respuesta cuando ellas creen que hay una solución mejor.
Se privan para que su familia pueda tener.
Van al médico con una amiga que tiene miedo de ir.
Aman incondicionalmente.
Lloran cuando sus hijos triunfan y se alegran cuando sus amistades consiguen premios.
Son felices cuando escuchan sobre un nacimiento o una boda.
Su corazón se rompe cuando muere un persona querida.
Sufren con la pérdida de un ser querido, sin embargo son fuertes cuando piensan que ya no hay más fuerza.
Saben que un beso y un abrazo pueden ayudar a curar un corazón roto.
Sin embargo, hay un defecto en la mujer: ¡ES QUE SE OLVIDA DE CUÁNTO VALE!
El valor de la mujer
Cuenta la leyenda que al principio del mundo, cuando Dios decidió crear a la mujer, encontró que había agotado todos los materiales sólidos en el hombre y no tenía más de que disponer.
Ante este dilema y después de profunda meditación, hizo esto:
Tomo la redondez de la luna, las suaves curvas de las olas, la tierna adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, la esbeltez de la palmera, el tinte delicado de las flores, la amorosa mirada del ciervo, la alegría del sol y las gotas del llanto de las nubes, la inconstancia del viento y la fidelidad del perro, la timidez de la tórtola y la vanidad del pavo real, la suavidad de la pluma de un cisne y la dureza del diamante, la dulzura de la paloma y la crueldad del tigre, el ardor del fuego y la frialdad de la nieve.
Mezclo tan desiguales ingredientes, formó a la mujer y se la dio al hombre.
Después de una semana, vino el hombre y le dijo: ¡Señor, la criatura que me diste me hace desdichado, quiere toda mi atención, nunca me deja solo, charla incesantemente, llora sin motivo, parece que se divierte al hacerme sufrir y vengo a devolvértela porque no puedo vivir con ella!!
Bien, contestó Dios y tomó a la mujer.
Pasó otra semana, volvió el hombre y le dijo: Señor, me encuentro muy solo desde que te devolví a la criatura que hiciste para mí, ella cantaba y jugaba a mi lado, me miraba con ternura y su mirada era una caricia, reía y su risa era música, era hermosa a la vista y suave al contacto. Me cuidaba y protegía cuando lo necesitaba, me daba dulzura, ternura, comprensión y amor sin condiciones, por favor Dios, devuélvemela, ¡¡¡porque no puedo vivir sin ella!!!
Ya veo, dijo Dios, ahora valoras sus cualidades, eso me alegra mucho, claro que puedes tenerla de nuevo, fue creada para ti, pero no olvides cuidarla, amarla, respetarla y protegerla, porque de no hacerlo, corres el riesgo de quedarte de nuevo sin ella.
Ser mujer
Nada más contradictorio que ser mujer…
Mujer que piensa con el corazón, actúa por la emoción y vence por el amor.
Que vive un millón de emociones en un solo día, y transmite cada una de ellas con una sola mirada.
Que vive buscando la perfección y vive tratando de buscar disculpas para los errores de aquellos a quienes ama.
Que hospeda en el vientre otras almas, da a luz y después queda ciega, delante de la belleza de los hijos que engendró.
Que da las alas y enseña a volar pero no quiere ver partir los pájaros, aún sabiendo que no le pertenecen.
Que se arregla toda y perfuma la cama, aunque su amor no perciba más esos detalles.
Que como una hechicera transforma en luz y sonrisa los dolores que siente en el alma, solo para que nadie lo note.
Y aún tiene fuerzas, para dar consuelo a quien se acerca a llorar sobre su hombro.
Feliz del hombre que tan solo por un día sepa, entender el alma de la mujer.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)