El amor es compartir
El amor compartido nos hace más grandes por dentro que por fuera. Porque es así como todo cobra sentido, porque es así como se cuidan y se fortalecen las relaciones positivas.
Todos merecemos ser amados y respetados. Si a día de hoy cuentas con una o más personas que te aportan todo esto, no las dejes escapar. Pues, esto es lo que todo ser humano necesita en este mundo.
Amar es, ante todo, saber comprender y ver a los demás como a uno mismo. Todos sabemos que el desprecio duele, que el no saber respetar causa sufrimiento y que vetar el espacio personal es limitar ese crecimiento interior que todos merecemos.
El no saber atender las necesidades del otro y, por tanto, no ofrecer un amor que invite a la persona a crecer, a sentirse parte de algo y tener raíces, nos aboca al desamor o al denominado “amor tóxico”. Y, por tanto, a permanecer junto a una persona que nos mantiene desnudos de ese afecto, que no nos ofrece una base de seguridad y de reconocimiento.
Una relación basada en el amor correspondido puede durar años, sin embargo, para mantener y conservar el amor sano, es importante cuidarlo día a día y evitar que se desgaste o se convierta en amor tóxico y dependiente. Normalmente, cuando sentimos este tipo de amor todo surge con más facilidad, el curso de la relación e incluso los pequeños baches se superan practicando el trabajo en equipo. Sin embargo, esta constancia del sentimiento implica un trabajo por ambas partes, en donde no solo existe sentir, sino también, mucha razón, fuerza de voluntad y un compromiso alimentado de forma consciente.
Si sentimos que no somos capaces de mantener ese sentimiento y nuestros esfuerzos terminan en reproches hacia los demás, podemos terminar viviendo una crisis entre ambas personas. En el caso de estar en una relación de pareja será necesario trabajar las actitudes que han llevado a sentirnos mal y, en casos extremos, debemos tomar una decisión en común para evitar infidelidades o males mayores. El bienestar emocional es primordial para mantener el amor correspondido, por esa misma razón debemos querernos y hacer caso a lo que nos haga sentir mejor, una relación tóxica terminará por intoxicarnos y hacernos daño.
Los que han aprendido a amar no dependen de la persona amada, ni permiten que ella dependa de ellos, crean un espacio de libertad para la persona amada.