LA LEY DEL BUMERÁN

Todo lo que avientas, se te regresa

Te has preguntado en alguna ocasión, ¿Por qué te ocurre todo a ti? ¿Por qué tienes tan mala suerte? ¿Por qué te ocurren accidentes o te tocan malas parejas, o porque nunca tienes dinero o porque toda la vida te estas enfermando?
¿La respuesta? Sé que será difícil de aceptar, pero todo lo creas tú mismo con tu propia mente. Quizás en estos momentos estarás
Pensando un tanto molesto: ¡Cómo es posible que yo lo cree si es lo que menos quiero! Pues bien, te lo explicaré de este modo:
Tenemos 4 cuerpos: El cuerpo espiritual, el cuerpo mental, el cuerpo energético y el cuerpo físico. Uno mueve al otro y están conectados entre sí. Si uno de los 4 se encuentra en de sintonía, entonces los otros 3 están en de sintonía.
La mente es muy fuerte, todo es mente, todo lo que tú piensas es lo que tu creas, ya que la mente hace vibrar al cuerpo energético y este es a su vez es magnético. Es decir, que todo lo que con tu mente haces vibrar, tu propia energía lo atrae.
Un ejemplo: estás pensando todo el tiempo en que NO quieres que te roben, por lo tanto tomas todas las medidas de seguridad para evitarlo, compras alarmas, gas pimienta, alambrado de seguridad, una pistola, cámaras de monitoreo y siempre estas con el miedo de que te van a robar. El universo es tan obediente, que todo lo que tú haces vibrar te lo concede, estas pensando en que NO te roben y vives con ese miedo, y lo haces vibrar y la consecuencia es obvia…. Terminan robándote.
Otro ejemplo: Le gritas al sujeto que se te atravesó en el tránsito, esa acción te hace vibrar negativamente, en ese momento generas un mal estado de ánimo, hiciste vibrar tu energía y enseguida comienza haber una serie de eventos desafortunados: te tocan todos los altos, de momento se te satura el tránsito, llegas tarde a tu trabajo, te peleas con tu jefe, tu jefe te corre, te quedas sin empleo, tienes problemas con tu pareja y encima de todo terminas con un fuerte dolor estomacal que sabrá de donde vino.
Vamos con un ejemplo más: Eres una persona deprimida, no te valoras, eres tu propia víctima y tu propio juez, creas conflictos sociales y familiares, estas en de armonía contigo y con todos, todos te ven mal, sienten tu mala vibra y te avientan peores vibra, la cual tu recibes todo el tiempo, Suma tu energía negativa con las malas vibras de los demás, estas creando una bomba en tu ser y fuera de que mejoren las cosas, cada día te hundes mas al grado de no encontrar la salida a tus desgracias. Lo peor es que eres tan orgulloso que no puedes reconocer que tú eres el origen de esta situación y tu miedo te hace echarle la culpa a los demás de lo que te sucede. ¿La consecuencia? Terminas solo, amargado y enfermo.
Ahora bien, si tú eres una persona que le gusta servir, ayudar al prójimo, cuidarte, hacer ejercicio, meditar, alimentarte sanamente, amar, reír, disfrutar y vivir, seguramente causas positivas obtendrás en tu vida, la gente será amable contigo, tendrás una buena pareja que te ame y te sea fiel, tendrás prosperidad y abundancia y sobre todo excelente estado de salud.
Todo está en la mente, fíjate hacia donde llevas tu atención. No pienses en lo que NO quieres, mejor enfócate en lo que SI quieres, deja de decir: NO TENGO DINERO y mejor piensa: SOY UN SER ABUNDANTE Y MEREZCO TENER DINERO, ASÍ ES QUE DECLARO QUE SOY MUY RICO. Porque eso es lo que atraerás, lo mismo sucede con una pareja o con tu salud, pon tu mente en lo que SI quieres.
¿Ahora vas entendiendo como funciona tu energía y tu mente? Al estar mal ellas, tu espíritu también está mal y por consiguiente tu cuerpo está mal. O bien, si se encuentran en armonía, los demás también lo estarán y tu vida fluirá de maravilla.
¿Quieres amor? Pues da amor…
¿Quieres dinero? Pues dona dinero…
¿Quieres paz? Pues da paz…
¿Quieres salud? Aprende a perdonar y a perdonarte, agradece y bendice…
Mereces ser feliz, es tu derecho divino, tómalo, es tuyo, te corresponde y envía bendiciones y amor al universo para que este te corresponda de la misma manera.

(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)

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