CADA TORMENTA TIENE SU FIN

 ESTO TAMBIÉN PASARÁ 🌈

No considero aislamiento, tener que quedarme en casa con quien yo amo.
El aislamiento es lo que están viviendo los enfermos graves.
Deja de decir que estás aburrido, molesto porque no puedes salir de casa; mientras que todos los que están en el hospital quieren irse a casa.
¡Entonces, agradece a Dios si tienes que quedarte en casa, pues a pesar de todo, con dinero o sin dinero, con un trabajo o sin trabajo, estás en el mejor lugar que podrías estar, en tu casa, rodeado por quien te ama!
Quizás sea hora de transformar tu casa en un lugar maravilloso para quedarse, un lugar de paz y no de guerra, de abrazo y no de distanciamiento.
¡De todos modos, mira con otros ojos la situación que estás viviendo!
Haz de tu casa una fiesta: Escucha música, canta, baila …
Haz de tu casa un templo: Ora, reza, medita, pregunta, agradece, alaba, suplica…
Haz de tu casa una escuela: Lee, escribe, dibuja, pinta, estudia, aprende, enseña…
Haz de tu casa una tienda: Limpia, ordena, organiza, decora, etiqueta, mueve de lugar, vende, dona …
Haz de tu casa un restaurante: Cocina, come, prueba, crea recetas, cultiva especias, planta un huerto…
En fin… Haz de tu casa, de tu familia, un lugar de amor”. Que hoy Sea el mejor día de tu vida.

Saldremos con el pelo más largo y más blanco. Con manos y casas limpias, y ropa vieja. Con miedo y ganas de estar afuera. Con miedo y ganas de conocer a alguien. Saldremos con bolsillos vacíos y despensas llenas. Podremos hacer pan y pizza, y no desperdiciar los restos de comida. Recordaremos que un médico o una enfermera deben ser aplaudidos más que un futbolista, y que el trabajo de un buen maestro no se puede reemplazar con una pantalla. Y que coser máscaras es más importante a veces que hacer alta costura. Que la tecnología es muy importante, de hecho vital, cuando se usa bien, pero puede ser perjudicial si alguien quiere usarla para sus propios fines. Y que no siempre es esencial subir al auto y escapar quién sabe dónde. Saldremos más solos, pero con el deseo de estar juntos. Y entenderemos que la vida es hermosa porque vivimos. Y que somos gotas de un solo mar. Y que solo juntos salimos de ciertas situaciones. Que a veces lo bueno o lo malo proviene de quienes menos lo esperan. Y nos miraremos en el espejo. Y decidiremos que tal vez el cabello blanco no sea tan malo. Y que nos gusta la vida familiar, y amasar pan nos hace sentir importantes. Y aprenderemos a escuchar nuestras respiraciones, toses y mirarnos a los ojos para proteger a los que amamos. Y respetar algunas reglas básicas de convivencia. Quizás sea así.

Nos acostumbramos…

A vivir en nuestra casa y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor.
Y como estamos acostumbrados a no tener vista, luego nos acostumbramos a no mirar para fuera. Y como no miramos para afuera luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas.
Y porque no abrimos completamente las cortinas, luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud. Nos acostumbramos…
A despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar café corriendo porque estamos atrasados.
A comer un sándwich porque no da tiempo para comer a gusto.
A salir del trabajo porque ya es tarde.
A cenar rápido y dormir con el estómago pesado sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos...
A esperar el día entero y oír en el teléfono “hoy no puedo ir”
A sonreír para las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando precisamos tanto ser vistos.
Si el trabajo está duro, nos consolamos pensando en el fin de semana y peor aún hacemos pesado nuestro trabajo y a los demás, viviendo en las críticas destructivas y en la siembra de la discordia, hablando negatividad y todavía sin argumento alguno.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, vamos a dormir temprano y nos acostumbramos a quedar satisfechos porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida que, de poco a poquito igual se gasta, y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.
Alguien dijo:
“La muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja”
No nos acostumbremos…. Y aprovechemos este año viviendo la vida con intensidad.

(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)

 

 

 

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