AMOR DE MADRE

Ni la nieve lo hace enfriar

El amor de una madre es el combustible que logra imposibles, el amor maternal es la fuerza motor que empuja a todo ser humano.

El legado de una madre es asombroso. Ellas están llenas de títulos, son licenciadas en amor, enfermeras del alma capaces de curar las heridas con un beso, sanadoras del corazón y expertas en cariño. Ellas son nuestras niñeras, nuestras maestras de vida, nuestras eternas acompañante

las madres son almas que siempre serán sinónimo de amor, de un amor más puro que nada en el mundo: el de una madre a sus hijos.

Sus enseñanzas brillan a través de sus ojos, unos ojos que nos han ofrecido el privilegio de ver cada día el reflejo de las batallas de la vida. Ellas saben a unos besos que siempre han sabido sellar con suavidad nuestros desvelos y preocupaciones.

Ellas son unas manos que se han pasado años forjando escudos para protegernos. Sus brazos son mucho más que el rincón en el que nos escondíamos de un mundo al que no queríamos rendir cuentas…

He visto una madre junto a la cuna; por eso sé lo que es el amor.

Todas las mamas son como un cristal que debemos cuidar para que no se caiga. Son como un tesoro que tenemos en nuestra mano y que llevamos presente en nuestro corazón.

Una Madre es sin pensarlo dos veces lo más bello que la vida ha creado, la creación perfecta de Dios. A ellas quiero decirle que no existe papel ni tinta en el mundo para escribir todo lo que se sienten por ellas. Que el Señor las cuide y las bendiga siempre.

Dios me dio a mi Madre
Dios quiso que yo aprendiera algunas cosas:
Que el toque suave engendra alegría
Que la compasión y la bondad mucho valen
Que la mano fuerte también nos ayuda
Que de la dulzura nace la fortaleza
Que hay gran poder en la caricia
Así se muestra el amor el uno al otro
Y por eso a mí, me dio Dios… A mi Madre.

Las madres son como pegamento. Incluso cuando no las ves, siguen sosteniendo a la familia.

Cada vez que mires a tu madre, disfruta el presente y piensa que, aunque siempre estará en tu corazón, no siempre estará contigo en esta vida

Les debemos tanto y  piden tan poco… Que no sé cómo vamos a poder devolverle ni la mitad del amor que nos regalan a diario.

Un millón de aplausos por abrazarnos con el corazón, por entregarnos la vida, por haber dormido con un ojo abierto cuando enfermábamos. Por darnos tanto y por pedirnos tan poco… En definitiva, un gracias infinito por ser nuestros ángeles de la guarda.

Una madre es la mejor amiga que tenemos, cuando las duras y repentinas pruebas caen sobre nosotros; cuando la adversidad se cierne sobre la prosperidad; cuando los amigos nos abandonan; cuando los problemas se multiplican a nuestro alrededor, ella seguirá a nuestro lado, y se esforzará con sus amables consejos para disipar las nubes de la oscuridad y hacer que la paz regrese a nuestros corazones.

“Sus brazos siempre se abren cuando necesitamos un abrazo. Su corazón sabe comprender cuándo necesitamos una amiga. Sus ojos sensibles se endurecen cuando necesitamos una lección. Su fuerza y su amor me han dirigido por la vida y nos han dado las alas que necesitamos para volar”.

(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)

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