Llegas a un punto…
Los seres humanos necesitamos aprobación para sentirnos parte del grupo social. Está demostrado que la gente más social presenta mayores índices de felicidad.
Sin embargo, las personas auténticas que no tienen miedo a ir en contra de opiniones diferentes y manifiestan sus deseos con seguridad, me merecen mucho más respeto y confianza.
La gente se acostumbra a que les quieras agradar y lo aceptarán como si fuese tu obligación. De esta manera, cuando te salgas de lo que esas personas piensan que deberías hacer, no lo aceptarán y exigirán ser complacidos, puesto que es a lo que les has acostumbrado.
Si le sigues el juego perderás de vista lo que quieres, cómo lo quieres y no serás capaz de ver con claridad quién eres. Te desconectas de tu propia alma y te olvidas de ti. Todo esto no hace más que obstaculizar tu propio crecimiento personal en todas las áreas de tu vida.
Serás manipulado y abusarán de ti. Puesto que solo buscas complacer y no sabes manifestar tus deseos, abusarán de tu buena voluntad y te manipularán para que acabes haciendo lo que otras personas quieren.
Pero cuando se dan cuenta de que contigo es fácil usar el chantaje emocional, lo seguirán utilizando.
Y aunque te muestres fuerte y seguro, también saben que eres de buen corazón y que intentarás hacer lo que sea para que ellos estén bien.
Cambia y demuestra
El tiempo
Cuando tienes claro lo que quieres y cómo lo quieres y, además, no haces ningún mal a nadie con ello, no te dejes manipular. Sé fuerte, sé coherente y sostén la frustración que te va a generar esa desaprobación al principio.
Si valoras tus deseos y tus opiniones, habrá a quien le guste y a quien no, pero establecerás relaciones más verdaderas y te sentirás más en coherencia contigo misma. Y eso, querida amiga, no tiene precio.
Solo pensando un poco más en ti y haciendo solo las cosas que te hacen sentir bien, estarás más cerca de la vida que quieres. Si, por el camino, además eres capaz de complacer a otros, seguro que eso te da aún mayor felicidad.
Es precioso ayudar a la gente y hacerla un poco más feliz. Pero lo primero, siempre y cuando no hagas daño a nadie, eres tú.