Tenemos que darlo todo
Es necesario entender que la vida es efímera, que “hoy” tenemos que darlo todo. Deja que salga a la luz todo ese caudal que llevas dentro.
Que la vida no te encierre en esas cuatro paredes, ni te cierre los labios y los ojos para callar y no mirar todo lo que está a tu alrededor.
Hay personas que sufren y nos necesitan.
Hay personas que sonríen y esperan verte sonreír.
Qué importa si por dentro tienes tristeza,vístete de luces y llena de color tus mejillas.
Sal a la calle y sonríe … No dejes para mañana tus proyectos y tus metas ni dejes para mañana esa sonrisa que enamora.
No dejes para mañana ese “te quiero” colgando de tus labios, porque quizás mañana ya sea tarde y no te puedan escuchar… Y aunque no pase nada drástico, como que en un futuro ya no estén a tu lado, mañana podrías quedarte con la duda de cuán diferente y mejor sería todo si no te hubieses guardado tus muestras de cariño y las hubieses sabido entregar a las personas que te importan.
Dedica tu tiempo y tu amor a las personas y especialmente a aquellas a quien quieres. Nos creemos que somos eternos y en verdad nuestros días están contados.
Disfruta de cada momento con tus seres queridos, dales tu tiempo, tu amor, tu alegría…
¡Vuelve a conectar con la vida! Y en el momento en el que des estás cosas, como te he dicho antes, descubrirás como la felicidad llegará a tu vida.
¿Con cuántas personas te relacionas en tu día a día? Piénsalo por un momento. Al final no son tantas: tu pareja, tus hijos, tus compañeros de trabajo, tus vecinos… ¿Qué puedes hacer por ellos? ¿Qué les gusta? ¿Qué les hace estar alegres? ¿Qué les puedes dar?
Hay muchas personas que se dan cuenta de que están vivas solo cuando mueren.
Cuando estaban vivas estaban tan ocupadas en tantas cosas que se olvidaron de la vida por completo.
Se acordaron de ella solo cuando supieron que únicamente les quedaban unas cuantas respiraciones. El corazón se está hundiendo, solo quedan unos cuantos latidos más, es en ese momento cuando comprenden:
Qué estúpido he sido. Toda la vida sencillamente ha pasado por mi lado.
Es casi como el pez que no sabe nada sobre el océano, porque nace en él. Era parte del océano, exactamente como una ola; no sabe nada del océano.
El pez solo llega a conocer el océano cuando el pescador lo saca de él y lo tira en la arena caliente de la playa.
Entonces sabe que ha perdido su auténtica casa a la que nunca había prestado atención.
Ahora está sediento, intentando por todos los medios posibles volver atrás y saltar al océano.
Fuera de él ha tomado consciencia de lo que ha perdido.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)