LO QUE NO DECIMOS

 Las cosas claras

Alguna vez te pusiste a pensar a dónde va lo que no decimos, todo lo que no nos permitimos sentir, las miradas que no entregamos, los besos que no damos los miedos que no soltamos, las angustias, los gritos. ¿Sabes a dónde van las palabras que no se dijeron?
¿A dónde va lo que quieres hacer y no haces?
¿A dónde va lo que quieres decir y no dices?
¿A dónde va lo que no te permitís sentir? Nos gustaría que lo que no decimos caiga en el olvido.
Lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, nos llena el alma de gritos mudos.
Las palabras que no decimos se transforman en insatisfacción, en tristeza, en frustración.
Lo que no decimos no muere, nos apaga.
Lo que no decimos, se transforma en trauma, en veneno que consume el alma.
Lo que no dices te encierra en el pasado.
Lo que no decimos se transforma en herida abierta.
Lo que no decimos sé qué queda en el inconsciente como memorias de dolor.

Lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, se nos convierte en insomnio, en nudos en la garganta, en tristeza, en dudas, en problemas gastrointestinales.

Lo que no decimos es nuestra asignatura pendiente, cuando pensamos una cosa y decimos otra, sentimos una cosa y hacemos otra, no estamos siendo coherentes con nosotros mismos, por miedo al rechazo, a la crítica, a que nos juzguen y por ello se producen los desequilibrios emocionales que nos llevan a enfermar, internamente generamos tensión, malestar y tristeza.

Es bueno hablar de lo que nos preocupa, es bueno reconocer que algo está pasando que no nos gusta, es positivo para nosotros decir lo que nos incomoda, lo que no nos parece bien y no estamos de acuerdo.

Es fundamental para nuestro estado mental, físico y emocional tener la libertad de expresar lo que pensamos y las tomas de decisión que queremos llevar a cabo; Decir las cosas claras, siempre con respeto, empatía y tranquilidad, es la manera más correcta de liberar la presión que supone guardarlo para nosotros, sí prefieres el silencio por miedo a la repercusión que puedan tener tus palabras, por miedo a que la otra persona no te comprenda y rechace o te juzgue, esto lo tomarás como costumbre y ten seguro que más pronto que tarde explotarás emocional y físicamente; así que piensa que si eres capaz de expresar tus pensamientos y emociones, lo que sientes y piensas abiertamente, aprenderás a confiar en ti y entenderás que tú también tienes derecho a opinar y no siempre a callar.

“Las emociones no expresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y más tarde volverán de peor manera.”

( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)

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