Sabías que…
Las abejas obreras viven una media de 105 días y no salen de la colmena hasta los 21 días, y aunque puede parecer una vida muy corta, las abejas en realidad tienen una mayor longevidad que otros insectos, y la duración de su vida depende de la función que desempeñen.
El trabajo de la abeja reina es sencillo: pone los huevos que constituirán la nueva generación de abejas. Normalmente no hay más que una abeja reina en una colmena. Si muere, las obreras crean una nueva abeja reina alimentando a una de las obreras con una dieta especial, la jalea real.
Este elixir hace que la abeja obrera se desarrolle y se convierta en una reina fértil. Las reinas también ponen orden en el trabajo de la colmena desarrollando productos químicos que guían el comportamiento de las demás abejas.
Las abejas macho, o zánganos, no trabajan. Su función pasa por comer miel y aguardar la oportunidad de aparearse. Cuando llega el momento de que la abeja reina se aparee, los zánganos de otras colonias compiten para inseminarla.
En el aire, tratan de aparearse con ella y, si lo logran, caen al suelo en una muerte victoriosa. La abeja reina se aparea con hasta 20 zánganos y almacena los espermatozoides durante el resto de su vida.
La reina determina el sexo de las abejas cuando pone los huevos, unos 1500 al día durante dos a cinco años. Por tanto, la abeja reina posee la capacidad de decidir qué huevos se convertirán en obreras y cuáles en zánganos.
Los zánganos son la tercera casta de las colmenas, y son machos. En cada colmena viven cientos de zánganos durante la primavera y el verano, pero son expulsados en invierno, cuando la colmena adopta una forma de vida más austera.
Las abejas viven durante todo el invierno de la miel y el polen almacenados, manteniéndose juntas para conservar el calor. Las larvas también se alimentan en invierno de los productos almacenados y, al llegar la primavera, vivirá un nuevo enjambre en la colmena.
( Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)