A remar juntos
Esta es la primera vez en la historia moderna que nos toca vivir algo así.
Hoy, en todo el planeta, las grandes ciudades amanecen y se duermen desiertas. Alguno que otro pasea un perro o camina despacio, de vez en cuando algún colectivo cumple su derrotero y los custodios del orden público vigilan celosos por las avenidas con edificios de balcones vacíos.
A pesar de todo, la naturaleza, aun tan bastardeada, indiferente sigue su curso. Nada la detiene. En la mitad del mundo estallará a pleno la primavera, reverberan los campos, las flores se lucirán en las plazas, con ausencia de parejas que se besen en las calles. Por aquí, los árboles se vestirán de los colores que pinta el otoño, sin niños en la escuela ni viejos en los parques.
No sabemos cómo va a terminar todo esto, pero en una pandemia, todos somos familia, amigos o vecinos.
Este virus va a terminar tarde o temprano. Mientras tanto, espero que el virus nos haga entender mejor que todos somos seres humanos, y que cuando unimos nuestras fuerzas, podemos lograrlo todo.
Este coronavirus presenta una amenaza sin precedentes. Pero también es una ocasión sin precedentes para unirnos contra un enemigo común, un enemigo de la humanidad
Nos encontramos asustados y perdidos, fuimos tomados por sorpresa por una tormenta inesperada y furiosa, nos dimos cuenta de que nos encontramos en el mismo barco todos frágiles y desorientados pero al mismo tiempo importantes y necesarios.
Todos llamados a remar juntos, todos necesitados de consolarnos unos a otros. Todos estamos en este barco, todos.
No podemos seguir cada uno por su cuenta, solo juntos.
No consideres aislamiento tener que quedarte en casa con quien amas
El aislamiento es lo que están viviendo los enfermos graves.
Deja de decir que estás aburrido, molesto porque no puedes salir de casa; mientras que todos los que están en el hospital quieren irse a casa.
Entonces, agradece a Dios si tienes que quedarte en casa, pues a pesar de todo, con dinero o sin dinero, con un trabajo o sin trabajo, estás en el mejor lugar que podrías estar, en tu casa, rodeado por quien te ama.
Quizás sea hora de transformar tu casa en un lugar maravilloso para quedarse, un lugar de paz y no de guerra, de abrazo y no de distanciamiento.
De todos modos, mira con otros ojos la situación que estás viviendo
Haz de tu casa una fiesta: Escucha música, canta, adora a Dios …
Haz de tu casa un templo: Ora, medita, pregunta, agradece, alaba, suplica…
Haz de tu casa una escuela: Lee, escribe, dibuja, pinta, estudia, aprende, enseña…
Haz de tu casa una tienda: Limpia, ordena, organiza, decora, etiqueta, mueve de lugar, vende, dona …
Haz de tu casa un restaurante: Cocina, come, prueba, crea recetas, cultiva especias, planta un huerto…
En fin… Haz de tu casa, de tu familia, un lugar de amor.
Este retiro es una oportunidad de pasar unos días contigo mismo. Es una oportunidad de descansar e indagar en tu YO más profundo, de salir de tu rutina diaria dirigido por un reloj que pasa rápidamente es la paz de un lugar pensado únicamente para ti.
(Los textos son de autor desconocido, fueron copiados y recontados por Adonis)